Dormir bien es fundamental para el crecimiento físico, emocional y cognitivo de los niños, pero el proceso suele enfrentar múltiples obstáculos que desesperan a los padres.
La neuróloga infantil Sol Segura Matos explica que «el sueño es un proceso activo, se construye con hábitos y se acompaña a lo largo de los años», destacando que no se trata de «apretar un botón y quedarse dormido».
Llanto púrpura y regresiones: fenómenos comunes
Uno de los fenómenos más frecuentes en bebés de entre 15 días y cuatro meses es la llamada «hora de las brujas» o llanto púrpura. Según explicó la neuróloga Sol Segura Matos, se trata de episodios de irritabilidad difícil de consolar que suelen presentarse al atardecer, vinculados a cólicos, sobrecarga sensorial y falta de descanso durante el día. Las regresiones del sueño son otro factor común, donde niños que venían durmiendo bien repentinamente presentan interrupciones coincidentes con nuevas etapas de aprendizaje. «Lo que aprenden de día lo ejercitan de noche», explicó la especialista.
Pantallas y terrores nocturnos: grandes disruptores
El uso de pantallas antes de dormir se ha convertido en uno de los principales enemigos del sueño infantil. «La luz azul suprime la melatonina y retrasa el inicio del sueño», advirtió Segura Matos, recomendando evitar dispositivos al menos una hora antes de acostarse. Además, se deben diferenciar pesadillas y terrores nocturnos: las primeras aparecen en la fase REM y los chicos suelen recordarlas, mientras que los terrores ocurren en el sueño profundo y dejan amnesia completa al día siguiente.
Rutinas flexibles y acompañamiento personalizado
La importancia de las rutinas aparece como un eje central para combatir los problemas de sueño. Acciones simples como un baño, un cuento o la reducción de luces ayudan a anticipar el descanso. Sin embargo, los especialistas destacan la necesidad de mantener un margen de flexibilidad para no generar ansiedad en los padres. Situaciones como mudanzas, la llegada de un hermanito o el proceso de destete también pueden alterar el sueño infantil, requiriendo adaptación del entorno y acompañamiento cercano.
Señales de alerta y consulta profesional
Otros factores que afectan el sueño incluyen la salida de dientes, el reflujo o enfermedades respiratorias. Ronquidos, pausas de respiración y movimientos anormales durante la noche requieren consulta médica inmediata, ya que el sueño deficiente puede impactar severamente en el aprendizaje, la atención y la conducta de los niños. Cada niño tiene necesidades distintas de descanso y lo importante es acompañar ese proceso con paciencia y observación, evitando comparaciones con otros chicos. Información extraída del medio La17.