Un análisis comparativo de los salarios presidenciales en Sudamérica revela diferencias abismales entre los jefes de Estado de la región.
El presidente peor remunerado percibe apenas el 22% del sueldo de su par mejor pago, quien curiosamente no gobierna uno de los países más grandes del continente.
Desigualdad salarial en la cúpula del poder
Los salarios de los presidentes sudamericanos reflejan una marcada disparidad que no necesariamente corresponde al tamaño o economía de cada país. Mientras algunos mandatarios reciben compensaciones que superan holgadamente los diez mil dólares mensuales, otros deben conformarse con ingresos sensiblemente menores, generando un debate sobre la equidad en la remuneración de los líderes regionales.
El inesperado líder en remuneración
Contrario a lo que podría suponerse, el presidente mejor pago de la región no pertenece a Brasil, Argentina o Colombia -las economías más grandes de Sudamérica-, sino que conduce los destinos de una nación más pequeña. Esta situación sorprende a analistas y ciudadanos, ya que desafía la lógica que asociaría las remuneraciones presidenciales con el tamaño económico de cada país.
Brecha del 78% entre extremos
La diferencia entre el salario presidencial más alto y el más bajo alcanza un notable 78%, lo que significa que el mandatario peor remunerado recibe menos de una cuarta parte de lo que gana su colega mejor pago. Esta brecha salarial en la máxima jerarquía política regional abre interrogantes sobre los criterios utilizados para establecer estas remuneraciones.
Las significativas diferencias en los salarios presidenciales sudamericanos evidencian la falta de criterios unificados para la remuneración de los jefes de Estado en la región. El hecho de que el mejor pago no corresponda a un país de gran tamaño económico añade un elemento adicional de curiosidad a este panorama desigual. La información sobre estos datos salariales fue extraída del medio El Cronista.