Se despertó de golpe. Había sentido una sensación extraña cerca de su cabeza. Como si algo se hubiera movido a su alrededor. Se fijó en el celular y eran las 3AM.
Encendió la luz. Una vez que sus ojos se adaptaron al cambio, inspeccionó la cama de un vistazo. No encontró nada raro.
Sin embargo, antes de apagar el velador para volver a dormir, se dio cuenta de que había algo negro que asomaba debajo de la almohada. Cuando la corrió para ver qué era sólo pudo pegar un salto y gritar horrorizada. Eso que se había movido era una pitón, que estaba allí, enrollada.
Según le contó a Stu, un experto en serpientes que difundió la historia a través de su página de Facebook, Sunshine Coast Snake Catchers, no era la primera vez que veía a la pitón. El reptil pasaba bastante tiempo en el techo de la casa, pero nunca había entrado.
«Las serpientes no quieren lastimarnos. Eso sólo que a veces les gusta acurrucarse», escribió Stu.
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