Está ubicado en la isla central de Filipinas, aún no se elevó el alerta a «erupción inminente».
Tras las explosiones con vapor y el incremento de la lava en el cráter durante el fin de semana, finalmente el volcán Mayón comenzó a desprender ríos de lava y se generaron varios flujos piroclásticos, que son nubes calientes de gases y escombros volcánicos que se mueven al nivel del suelo y son muy peligrosas. Mientras, los evacuados ascienden a más de 15.000 personas.
Según Renato Solidum, director del Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs), estos flujos «no fueron generados por una explosión del cráter», sino que, por el contrario, se debieron a «fragmentos de lava que se desprendieron del flujo de lava en las laderas superiores».
El volcán lanza flujos piroclásticos, que son nubes calientes de gases y escombros volcánicos que se mueven al nivel del suelo.
Además, la agencia que dirige informó que los desprendimientos de magma avanzaron a unos 2 kilómetros de distancia del cráter, que se ubica al norte de la ciudad de Legazpia, la cabecera de la provincia de Albay, en la isla central de Luzón y a 340 kilómetros de Manila, la capital filipina.
15.410 habitantes dentro de un radio de 7 kilómetros del cráter, área decretada zona de peligro, fueron evacuados. Sin embargo, no se elevó el alerta, como sí sucedió tras los eventos volcánicos del fin de semana, cuando se la estimó en nivel tres sobre una escala de cinco. Esto indica una alta actividad volcánica y la posibilidad de que ocurra una erupción peligrosa «en semanas o incluso días», según Phivolcs.
Según la agencia AP, Solidum consideró que en el Mayón no han habido suficientes terremotos volcánicos como para llevar el nivel de alerta a cuatro, es decir, que la erupción explosiva es inminente. De llegar a esa situación, funcionarios de emergencia de aquel país dijeron que podrían ordenar evacuaciones obligatorias. El Phivolcs recomendó firmemente no regresar al área.
El Mayón convulsionó por primera vez la tarde del sábado y luego siguieron otras dos más el domingo, que causaron un total de 158 desprendimientos de rocas y que provocaron el inicio de las evacuaciones y la restricción de los vuelos en la zona.
Con su forma cónica casi perfecta, este volcán es popular entre alpinistas y turistas, pero ascenderlo es un riesgo: ha hecho erupción unas 50 veces en los últimos 500 años y en 2013 provocó la muerte de cinco montañistas que se acercaron a la cumbre a pesar de las advertencias.
La primera erupción registrada fue en 1616 y la más destructiva, en 1814, en la que murieron 1.200 personas y el poblado de Cagsawa, ubicado al piedemonte, quedó sepultado bajo lodo volcánico.
En el archipiélago filipino, parte del llamado Anillo de fuego del Pacífico, hay 23 volcanes activos. La segunda erupción más potente del mundo en el siglo pasado corresponde al volcán filipino Pinatubo, en junio de 1991, con unos 850 muertos y más de un millón de damnificados.
Fuente: lanacion.com