El arquero Nahuel Guzmán será el reemplazante del lesionado Sergio Romero en la Copa del Mundo porque a «Chiquito» le recrudeció una lesión articular en la rodilla derecha que lo había dejado afuera del amistoso con España al cabo del primer tiempo, por lo que se convertirá en el decimoquinto debutante del seleccionado argentino en campeonatos mundiales.
Guzmán, ex Newell’s Old Boys de Rosario, integrante de la mesa chica de los llamados «amigos de Lionel Messi» y parte del plantel desde la Copa América de Chile 2015 hasta la última gira del pasado marzo, pidió «no hablar» del tema cuando la prensa le consultó durante un evento solidario en Rosario, apenas un día después de enterarse de su exclusión cuando se conocía la primera lista de 23 jugadores.
Sin embargo, su colega y citado para el certamen mundialista, Wilfredo Caballero (Chelsea, de Inglaterra) contó que lo llamó «muchas veces», aunque Guzmán no le atendió el teléfono.
Además, su padre, Jorge, posteó en el Facebook un duro mensaje para el seleccionador, Jorge Sampaoli, al que dibujó con una careta y tatuajes en alusión a las señales televisivas TyC Sports, Fox Sports y TNT Sports, culpándolos por la presión mediática sobre la llegada del arquero de River Plate Franco Armani al representativo nacional.
Jorge Guzmán también escribió: «Es muy natural en un sueño ver gente de espaldas al sueño. Al principio creí que era gente despierta o gente que no quería estar allí, pero entendí que sólo se trataba de gente buscando erróneamente una forma de entrar a ese mundo extraño y cierto. El primer error de esta gente era entrar disfrazados».
El arquero de Tigres, de México, dijo «desconocer» estas palabras de su progenitor y se tomó con aparente calma la exclusión que tronchaba su ilusión mundialista.
«El requisito para habitar en ese mundo extraño y cierto de los sueños es estar convencido de que la vigilia es una cárcel, la peor que se pueda imaginar y entonces hay que elegir y elegir es el precio», continuó el posteo en Facebook.
La lesión de último momento de Romero le reabrió las puertas a Guzmán, quien de manera indirecta había puesto el grito en el cielo después de su exclusión al cabo transitoria.
En la última temporada mexicana, Guzmán tuvo luces y sombras, porque su equipo, Tigres, se quedó en el camino de la Liguilla, con actuaciones regulares suyas.
Los antecedentes en el seleccionado y su pertenencia al círculo aúlico de rosarinos que integran la selección desde hace casi una década (Lionel Messi, Javier Mascherano, Ángel Di María y Éver Banega) inclinaron la balanza para su lado, y de esta manera será el decimoquinto jugador de los 23 citados por Sampaoli que estará debutando en mundiales.
Lo que no bajará con su presencia, sino que por el contrario lo aumentará, será el promedio de edad de la selección en general y de los arqueros en particular, ya que Guzmán tiene 32 años, uno más que Romero, con la coincidencia de que ambos nacieron en el mismo mes, febrero (el rosarino el día 10 de 1986 y el misionero el 22 de 1987).
El tercer arquero del plantel, Wilfredo Caballero, no solamente es el más grande entre los arqueros, sino de los 23 citados, con 36 años (nació el 28 de septiembre de 1981 en la localidad entrerriana de Santa Elena).