El fotógrafo de Página/12 Bernardino Ávila contó en primera persona cómo fue agredido y golpeado por la Policía de la Ciudad en el marco de la represión contra el cuadernazo que realizaban los cooperativistas de Madygraf. “El tipo, al que identificó como un oficial con casco de moto, se me viene encima y se come la cámara, se la come él la cámara”, relató Ávila y desmintió así el relato oficial de que agredió a un policía en base al cual lo detuvieron bajo la acusación de agresión y resistencia a la autoridad.
Desde la comisaría número 8 de Villa Lugano, antes de ser trasladado hasta la fiscalía de Walter López, relató que luego de generar el encontronazo el mismo policía empezó a perseguirlo al grito de “es ese, es ese”. “Ahí empiezan a aparecer todos los policías a intentar agarrarme y yo mientras le intentaba hacer fotos al tipo, porque se me viene corriendo con el palo en la mano”, detalló.
En el momento en que la Policía avanzaba contra los cooperativistas, el fotoperiodista intentaba retratar los empujones. “Voy a cubrir la nota, estoy detrás de los policías, la Policía les pide a los manifestantes que se corran y al mismo momento empiezan a empujar, entonces los manifestantes reaccionan. Yo voy a hacer esa foto, viene un oficial y me retira”, narró Ávila, quien luego recibió gases lacrimógenos y palazos.
El fotógrafo dio cuenta de que ese mismo efectivo es el que luego lo vuelve a “sacar de mala manera” y se lleva puesta la cámara. “En el momento en que me detienen, se me vienen encima y yo le dije a un colega que me agarre los lentes y le paso la cámara. Después empiezan a agarrarlo a él”, siguió con su relato y agregó: «Me tienen quieto, yo decía está bien está bien, en ningún momento me resistí ni nada, lo único que haca era taparme del loco que venía con el palo, que lo tengo fotografiado»
Luego, el mismo policía que logró su detención lo mantiene inmovilizado. “El policía me está agarrando, los compañeros que están adentro son los que me agarraban para que no me lleven. Nos empiezan a tirar gas, el policía que estaba encima mío se fuma todo el gas, es más le digo, mira lo que está pasando».
Página/12