India vivirá 15 minutos de infarto este viernes por la noche con el alunizaje de una sonda sin tripulación, en un intento de regresar a este satélite, considerado como una etapa hacia Marte.
Lanzado el 22 julio desde una plataforma en el sur de India, el módulo de descenso Vikram de la misión Chandrayaan-2 debe posarse entre las 20H-21H GMT del viernes (5 de la tarde hora de la Argentina) cerca del polo sur lunar, tras un mes y medio de rotaciones orbitales alrededor de la Tierra y luego la Luna.
Cuando esté inmovilizado, liberará un pequeño robot móvil, que tendría que funcionar gracias a la energía solar durante unos 14 días y registrar muestras científicas.
Si el alunizaje se lleva a cabo con éxito, India se convertirá en la cuarta nación en el mundoen conseguir posar un aparato en suelo lunar, después de la Unión Soviética, Estados Unidos y China.
Pero antes de cantar victoria, los científicos y el país entero estarán en vilo ante el descenso final del módulo de descenso. El primer ministro indio, Narendra Modi, asistirá al acontecimiento desde la sede general de la agencia espacial ISRO en Bangalore.
Pragyan, el rover lunar
Se trata de una fase muy compleja. Si el aparato no ralentiza suficientemente, llegará demasiado pronto y chocará contra la superficie. En abril m, una sonda lunar israelí fracasó en el descenso y se estrelló.
El Día D, «tendremos 15 minutos aterradores para efectuar el aterrizaje con total seguridad cerca del polo sur», dijo en julio K Sivan, el presidente de la ISRO.
Chandrayaan-2 –«carro lunar» en hindi– será el primer aparato espacial en posarse en la región del polo sur, inexplorada por el hombre. Los anteriores alunizajes, especialmente los del programa estadounidense Apolo, tuvieron lugar al nivel del ecuador en la cara visible de la Luna. A principios de año, una sonda china aterrizó por primera vez en la parte oculta.
Futuras colonias lunares
«India va donde probablemente estarán las futuras colonias humanas en 20, 50 o 100 años», explica Mathieu Weiss, representante del CNES francés en India. «Es por esto que toda la comunidad científica sigue esta misión».
Los polos lunares tienen temperaturas constantes y agua, en forma de hielo a la sombra de enormes cráteres. Son factores cruciales para poder instalar futuros centros, imaginados como terrenos de experimentación científica y bases con destino al planeta Marte.
«La gente va a la Luna porque es la primera etapa para ir hacia Marte. No es interesante ir a la Luna si no se enmarca en la perspectiva global de vuelos hacia Marte», afirma Weiss.
«Si quiere sobrevivir en la Luna, necesita agua para vivir, y necesita agua para producir energía. Con agua, puede hacer funcionar motores», prosigue.
Desde el final del programa Apolo en los años 1970, el destino lunar se había dejado un poco al margen, para centrarse en el estudio y la exploración del sistema solar.
Pero desde hace un tiempo, el satélite de la Tierra, a unos 384.000 km de distancia, vuelve a ser centro de interés internacional. El gobierno estadounidense pidió a la NASA volver a enviar astronautas en 2024, esta vez con destino al polo sur.
Nueva Delhi invirtió 140 millones de dólares (124 millones de euros) en el Chandrayaan-2, un monto bien inferior a los de las otras agencias especiales para una misión de este tipo.
De aquí al 2022, la ISRO espera enviar a tres astronautas al espacio, convirtiéndose en su primer vuelo tripulado. Sus científicos también trabajan en la elaboración de su propia estación espacial, que podría ver la luz en la próxima década, informó La Nación.