La carrera deportiva de Martín Palermo está llena de estas historias de película. Y la de aquella inolvidable tarde noche del 10 de octubre de 2009 en un Monumental colmado fue uno de los capítulos que no debería faltar en algún documental sobre el gran goleador. Su torso desnudo bajó el agua, los ojos cerrados apuntando al cielo, la lluvia torrencial que le daba mayor dramatismo a la escena, Diego Maradona entrenador sambuyendose en los charquitos de la alegría. Imposible no recordar lo que se vivió ese día.
Fue por las eliminatorias para Sudáfrica 2010. Argentina empataba con Perú y no clasificaba. En el minuto 92 apareció Martín y puso el 2 a 1. Luego, fue convocado al Mundial de Sudáfrica, donde convirtió un gol.
Pero ese grito del que hablamos antes unió a todos los argentinos en uno solo. Fue cuando el Titán anotó el segundo y puso a la Selección Nacional en las puertas de la máxima cita.
Argentina tenía que enfrentar al equipo peruano en el Monumental con la oportunidad de depender de sí misma en busca del pasaje a Sudafrica 2010. Sin embargo, la historia se complicó más de lo esperado.
El conjunto nacional, por entonces dirigido por Diego Maradona, empezó ganando con un gol de Gonzalo Higuaín en el inicio del segundo tiempo. Pero cuando todo parecía encaminarse a la victoria, a los 90 minutos, Hernán Rengifo marcó el empate y complicó las chances de Argentina, que debía ir a definir la clasificación a Montevideo frente a Uruguay.
Y ahí empezó la hazaña. La pelota quedaba muerta en el piso por el diluvio y parecía que las posibilidades de empatar se disolvían. De pronto, todos los jugadores argentinos estaban en el área, cuando Ángel Di María tiró un centro que cayó en los pies de Federico Insúa, quien remató pero la pelota le cayó a Palermo, que se encargó de empujarla. Era la última del partido. ¡Y fue gol y estruendoso desahogo!
A partir de ese instante, se encadenaron escenas para el recuerdo. La emoción de apoderó de Palermo, enloqueció Maradona, lloró la gente… Fue el día de San Martín Palermo. ¡Gracias Titán!