La gobernadora de la capital japonesa, Yuriko Koike, enfrentó públicamente a miembros del COI por la decisión de mudar la tradicional carrera a la ciudad de Sapporo.
La polémica no se detiene y no parece que vaya a hacerlo en el corto plazo. De hecho, este miércoles sumó otro capítulo: la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, volvió a pedirle al Comité Olímpico Internacional que diera marcha atrás en la decisión de mudar el maratón de los próximos Juegos Olímpicos 2020 de la capital japonesa a la ciudad de Sapporo debido al probable calor y criticó al organismo por la misma.
En el primero de tres encuentros que sostendrán del miércoles al viernes funcionarios de Tokio con miembros del COI, Koike fue enfática al expresar su malestarcon el cambio de sede. «Me gustaría que el maratón y la carrera de marcha se mantuvieran (en la capital)», dijo la mujer, una de las políticas más influyentes de Japón y alguna vez vista como posible candidata a primera ministra.
Sentada de frente a John Coates, presidente de la Comisión de Coordinación del COI, y Christophe Dubi, director ejecutivo de los JJ.OO., la funcionaria no se detuvo ahí.
«Consideramos esta propuesta abrupta, sin ningún tipo de consulta o debate con la ciudad de Tokio,un giro de los eventos sin precedentespara el Comité Olímpico», manifestó Koike, que calificó la situación como un «shock».
Luego se dirigió específicamente a Dubi y lo puso entre la espada y la pared al preguntarle, respecto a medidas varias que se habían decidido para apaciguar las altas temperaturas: «Fueron evaluadas exhaustivamente por usted, señor Dubi. ¿Es correcto?». El director no pudo más que asentir con la cabeza.
En la ciudad tenían claro que las condiciones climáticas conspirarían contra el maratón, por lo que tomaron ciertos recaudos, como por ejemplo adelantar el comienzo de las 7 de la mañana a las 5 o remodelar el pavimentopara que absorba menos calor. Parece no haber sido suficiente para el COI, que se llevará la emblemática carrera 800 kilómetros al norte.
Para Tokio, perder el maratón sería un golpeen varios aspectos. El martes, un grupo de aliados políticos de la gobernadora en la legislatura organizó una conferencia para anunciar que la mudanza del evento podría costarle a la ciudad 310 millones de dólareso más. Y no descartaron iniciar acciones legales.
Según el Japan Times, una encuesta de la que participaron 2 mil tokiotas arrojó que el 36% estaba de acuerdo con la determinacióndel Comité Olímpico, mientras que un 32% se manifestó en contra. Donde sí coincidió un 76% fue a la hora de opinar que el proceso llevado a cabo para cambiar la sede había sido «inapropiado«.
Por eso, Koike aseguró que el COI deberá dar «explicaciones»a los habitantes de la capital.
El viernes pasado había sido Coates, abogado australiano con peso en el máximo ente olímpico mundial, quien dejó claro que se trataba de una «decisión tomada«.
Después de lo ocurrido en el Mundial de Doha, en cuya maratón abandonaron 28 mujeres que no soportaron los 33 gradosy el 80% de humedad, Coates señaló: «El COI quedó impresionadopor lo que vimos en condiciones similares (a las que tendrá la capital japonesa), y no queremos que Tokio sea recordado por lo mismo», El Clarín.