Autos a toda velocidad, vecinos preocupados y autoridades con dificultades para detener las carreras clandestinas en la ciudad.
Las picadas de autos volvieron a generar alarma en Comodoro Rivadavia luego de un violento choque ocurrido el sábado en la curva del Hospital Militar de Km. 8, que dejó dos personas lesionadas. Según reportes, uno de los conductores participaba de una carrera clandestina, perdió el control y provocó el accidente. La información fue publicada originalmente por ADNSUR.
Dificultad para detectar las carreras
Luis Mendoza, director de Tránsito Municipal, confirmó que continúan recibiendo denuncias por autos que circulan a alta velocidad por distintas avenidas de la ciudad.
“Seguimos recibiendo denuncias de vecinos. Sabemos en qué momentos suelen hacerlo y en qué zonas, pero cuando acudimos al lugar se dispersan muy rápido. Apenas ven un móvil de Tránsito, se van”, explicó Mendoza.
Los conductores utilizan grupos de WhatsApp para alertarse de la presencia de operativos, lo que dificulta la intervención de las autoridades.
“Lo que hacemos es un control corto y después nos movemos. No podemos estar en un mismo punto demasiado tiempo porque enseguida lo difunden”, indicó el funcionario.
Zonas más conflictivas
Si bien las denuncias no se concentran en un solo barrio, existen sectores donde se repiten estos incidentes:
- Avenida Tiburón, con extensas rectas sin reductores de velocidad.
- Avenida Nahuel Huapi (km 8), con más de un kilómetro sin interrupciones.
Mendoza advirtió que instalar reductores o badenes no es sencillo, ya que podría afectar al transporte público, ambulancias y bomberos. Intervenciones pasadas, como en San Martín y Chacabuco, tuvieron resultados mixtos.
Acciones frente a los infractores
Cuando se logra interceptar a un conductor en plena picada, se actúa de inmediato:
“Si se detecta que alguien viene de una picada, se hace el acta correspondiente por ‘carrera en la vía pública’, se retira el vehículo y va al corralón”, aseguró Mendoza.
Estas infracciones se suman a otras consideradas graves, como exceso de velocidad, pasar semáforos en rojo o realizar maniobras riesgosas.
Prevención y control continuo
Aunque la actividad no es masiva, Mendoza destacó que las picadas siguen latentes. La prevención y los controles continuarán para proteger tanto a los participantes como a terceros.
“Vamos a seguir trabajando porque entendemos el riesgo que representa para quienes participan y para terceros”, concluyó.




