Alberto Fernández asumió hoy, 10 de diciembre, la Presidencia de la Argentina al jurar en el Congreso junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner y recibir los atributos de mando de manos de su antecesor, Mauricio Macri.
Tras la asunción, Fernández pronuncia -ante la Asamblea Legislativa- un discurso de tono conciliador, pero en el que traza un duro diagnóstico de la situación que atraviesa el país y plantea un claro cambio de rumbo. Se espera que anuncie un aumento de emergencia para jubilados y trabajadores bajo convenio y el congelamiento de las tarifas de servicios públicos.
«Democracia para siempre, patria para todos, Argentina unida», es la consigna de la convocatoria a las celebraciones callejeras que se realizan hoy, desde las 10, en el Congreso y, a partir de las 14, en la Plaza de Mayo. Ese mismo será el eje conceptual del discurso de Fernández, según anticiparon a LA NACION dirigentes de su entorno.
A partir de una fuerte reivindicación de la continuidad democrática que se registra desde 1983, el período más largo desde el nacimiento de la nación, Fernández se ubica como un eslabón de una cadena histórica que une las gestiones de Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner.