Son gratis y sirven para digitalizar, de manera sencilla, antiguas imágenes en papel. Luego, se les puede agregar color y borrar imperfecciones.
Para digitalizar las fotos de papel -de cuando las cámaras usaban rollo de película- o agregar color al patrimonio fotográfico de la familia, existen una serie de aplicaciones y servicios web gratuitos que permiten restaurar las copias más deterioradas por el paso del tiempo.
El primer paso, sea para una foto multicolor o las de tono sepia, es convertir el objeto impreso en un archivo digital. Para esta tarea existen varias herramientas gratuitas que se pueden descargar al móvil y aprovechan la cámara del teléfono para el escaneo.
Una de las más sencillas es Google FotoScan. Una vez que el retrato está en foco, se hace clic sobre el botón disparo y aparece en pantalla una captura preliminar con cuatro puntos. La idea es hacer coincidir estos espacios con el original, para que el software vaya obteniendo nuevas tomas que le permitan reconstruir la foto con la mayor nitidez posible y elimine reflejos, borrones y partes movidas.
Hay otras opciones similares, como Quisquee, que incorpora un editor para mejorar el resultado final. La gran diferencia con la de Google es que todo el proceso de ajuste de contornos hay que hacerlo manualmente. Si queda algún desfasaje, la aplicación no lo corrige y termina torcida. También está Foto Scan Photomyne.
Con el original ya digitalizado, sumar nuevas capas es algo sencillo. Si lo que uno recuperó es una postal monocromática del siglo XIX, con mujeres usando peinetas de celuloide y los hombres de cuello alto con cravat, lo indicado es utilizar algunas de las técnicas de coloración artificial desde la computadora.
El segundo paso, en la computadora
Para obtener óptimos resultados, estas páginas entrenan a su algoritmo con un banco de fotografías, afín de que el “cerebro artificial” identifique los objetos y aprenda qué colores conviene aplicar de acuerdo al contexto de cada escena. Con esta información, la inteligencia artificial (IA) logra colorear una foto que no había visto nunca, pero partiendo de su conocimiento previo.
Hay algunos sitios que son completamente gratuitos. Otros permiten realizar algunas pruebas sin cargo y cuando se supera el límite establecido, a menos que uno se suscriba, todas las imágenes transformadas muestran en la esquina inferior una marca de agua con el logo de la firma.
Uno de los sitios que consigue mejores efectos es Colourise, desarrollada por la División de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, GovTech Singapur. Para utilizar este servicio gratuito, antes hay que resolver un captcha que habilita la carga de imágenes.
Sus propios desarrolladores explican que “si bien es imposible replicar las condiciones exactas en que se tomó la foto original, es posible agregar color para ayudarnos a imaginar lo que el fotógrafo podría haber visto en ese instante. Es increíble, casi mágico, cómo un poco de color puede acercarnos mucho más a ese momento específico en el tiempo”.
Para colorear las imágenes, adoptó una técnica de aprendizaje profundo conocida como Redes Generativas Antagónicas (RGAs) que consiste en una red neuronal con muchos parámetros matemáticos, que intenta predecir los valores de color en diferentes píxeles. Hay una segunda red neuronal que busca si los colores generados son fotorrealistas.
Otra opción es Algorithmia, de una empresa dedicada a ofrecer soluciones basadas en IA para resolver cualquier problema. A modo de prueba, habilitaron una serie de herramientas digitales. Así, hay un algoritmo que identifica rostros humanos, otro que detecta el “sentimiento” de un texto, comparar dos imágenes, busca marca y modelo de un coche y la que coloriza fotos.
Hay que decir que la herramienta no es perfecta. Cuando en la imagen hay mucha información, el algoritmo no logra diferenciar a las personas del entorno, lo que resulta en un apocado marrón nocturno. Los resultados mejoran notablemente cuando las caras y los cuerpos no tienen obstrucción.
La plataforma genealógica MyHeritage ofrece también un sistema de conversión creado por Jason Antic y Dana Kelley idearon un enfoque original para colorear las fotos familiar utilizando un algoritmos de aprendizaje automático que dan atención excepcional a los pequeños detalles. En su esmero por cubrir lo imperceptible, el tiempo de demora es superior a otras opciones.
Sobre esta técnica advierten que “los colores son reconstruidos mediante un algoritmo de coloración y pueden no ser precisos. Considere que esto es una simulación tecnológica que hace la mejor estimación sobre cómo era el pasado, estableciendo un puente entre pasado y presente. El modelo fue programado tomando millones de fotos como ejemplo, y gracias a ello es capaz de generar resultados muy realistas”.