El intendente de Esquel de Juntos por el Cambio- se mostró muy preocupado por «la interna entre el gobernador Arcioni y el vice Ricardo Sastre», acotando que las «diferencias políticas» no pueden afectar el funcionamiento del Estado. No dudó que «las discusiones del justicialismo están afectando a todos los chubutenses» y advirtió que nadie puede gobernar en la incertidumbre.
“Si el pueblo de Chubut votó mayoritariamente a Mariano Arcioni como gobernador por los próximos cuatro años, Mariano Arcioni tiene que terminar; y tiene que terminar bien y no estar en esta situación donde no sabemos si mañana va a estar o no estar como algunos dicen”, dijo el intendente de Esquel, Sergio Ongarato, quien habló de sectores que quieren desestabilizar al Gobierno.
En diálogo con el programa A Primera Hora de Trelew, Ongarato fijó una postura clara a favor de sostener la institucionalidad, en medio de los conflictos internos que atraviesa la coalición de gobierno que desde el lunes viene manteniendo reuniones periódicas entre funcionarios por un lado, y diputados por otro, para garantizar la continuidad de la alianza que posibilitó la reelección de Arcioni el 9 de junio del año pasado.
“Yo apuesto porque el gobernador termine su mandato. Se lo he manifestado a él muchas veces; el apoyo institucional por parte del gobierno de la Municipalidad de Esquel lo va a tener”, acotó Ongarato quien aclaró que el apoyo no es político porque pertenecen a fuerzas distintas.
El intendente macrista planteó que si a la gravísima situación económica de Chubut se le suma una confrontación política dentro del oficialismo, los problemas se van a profundizar aún más.
Hablar sin filtros
“Uno ve discusiones que a veces eran innecesarias. Todos somos humanos y todo el mundo tiene derecho a decir lo que dice, pero en política a veces algunas palabras de grueso calibre suelen complicar muchísimo las cosas”, sostuvo en referencia al calificativo de “miserables” que usó Arcioni para referirse a sus aliados cuando no le dieron quórum para sesionar en la Legislatura y debatir su paquete de ajuste que pone el eje en la administración pública.
El último viernes, además, el que salió a hablar fue el ministro de Economía, Oscar Antonena, para resaltar que los diputados cobran 300 mil pesos por mes y no trabajan.
Claro que ambos funcionarios intentaron ser justificados de las formas más inverosímiles. Sobre lo dicho por Arcioni, por ejemplo, el intendente de El Maitén, Oscar Currilén, dijo que fue por “inexperiencia política”, mientras el diputado Tirso Chiquichano entendió que “tuvo un mal día” y su par, José Giménez, sostuvo que fue “por un momento de euforia”.
En cuanto a Antonena, el lunes el diputado Juan Pais dijo que quizás fue “por el estrés” que atraviesa por la delicada situación financiera de la provincia cuyas cuentas administra.
Ongarato no ocultó que ha escuchado versiones que ponen en duda la continuidad del gobierno de Arcioni. “Se ha hablado de esto. Yo espero que no porque soy como todos los radicales, o la gran mayoría; somos más que nada respetuosos de las instituciones y consideramos que las instituciones tienen que funcionar”, sostuvo.
Ongarato entendió que es difícil sacar adelante la provincia cuando en el seno del oficialismo hay pujas internas que complican la relación con los diversos actores. “Estas diferencias internas que uno ve en el oficialismo dentro del Gobierno entre Legislatura y el Ejecutivo, entre el gobernador y el vice, todas estas cosas que uno ve a diario, realmente preocupan mucho. Cuando esta tirantez hace que después no salgan las leyes hace que las cosas se compliquen, y complica muchísimo porque termina afectando directamente al ciudadano”, planteó.
El intendente de Esquel advirtió que si los responsables de tomar decisiones políticas no son capaces de sentarse en una mesa para definir el rumbo de la provincia, no hay salida posible. “(La provincia) tiene dificultades económicas muy serias de las cuales creo que una buena parte no se originaron en el gobierno de Arcioni; vienen de bastante antes algunas; de malas decisiones que se tomaron hace 5, 8 ó 10 años y que hoy repercuten en la economía de la provincia”, concluyó.
En este escenario, Ongarato planteó que “si la gente no puede sentarse a discutir cómo va a resolver el problema económico porque están enojados, peleados, realmente estamos en dificultades muy serias”.
Por último, en términos políticos Ongarato adjudicó estas rivalidades internas a sectores del peronismo. “Las discusiones que tienen adentro el justicialismo están afectándonos a todos los chubutenses”, cuestionó.
En cambio, diferenció que “el radicalismo tiene que presentarse mostrando una renovación, como una alternativa de poder y no como una alternativa de oposición, porque esto no le sirve ni al partido, pero mucho menos le sirve a la ciudadanía”, publicó El Patagónico.