El ambiente está cada vez más pesado en Casa de Gobierno. Cuando hay reunión de gabinete, algunos funcionarios se arriman pero poco después se las ingenian para escabullirse por la puerta de salida.Hay poca solución y mucho descargo ante la falta de soluciones.
El Gobernador Mariano Arcioni ya comenzó a hacer público su enojo hace tiempo; pasó de acusar de miserables a sus aliados políticos a pelearse en pleno acto oficial con sus colegas escribanos y retando a quien preside el Colegio, que no es otro que el escribano general de Gobierno.
Empleados de Fontana 50 aluden que el mandatario no hizo esfuerzo por disimular el gesto adusto en los últimos días. Y un visitante habitual de algunos despachos de Casa de Gobierno agregó que la reunión de ayer de Ricardo Sastre y Adrián Maderna no ayudó mucho tampoco.
Enfrentado con tantos, el círculo de consejeros se redujo. El multiasesor Rafael Cambareri sigue siendo de la partida; Francisco “Pancho” Salto recuperó terreno, y como secretario privado le tocó el pasado lunes en plena peatonal Fontana, recibir todo el descargo del escribano general Marcelo Lizurume luego de la recriminación en público que le hiciera Arcioni por no apoyar el impuesto a la herencia.
Con menos asiduidad se suele ver entrar a la Residencia Oficial al secretario general de la Gobernación, Carlos Relly, como al presidente del ChuSoTo, Máximo Pérez Catán.
Otro que volvió a ser parte del reducido grupo de consulta, es el diputado Roddy Ingram. ¿Despuntaron juntos con Arcioni la pasión de motoqueros con una escapadita a Chile? En tanto, Federico Massoni se muestra más abocado a su rol de ministro de Seguridad, aunque sin dejar de ser uno de los hombres de confianza que le queda al Gobernador.
La crisis, las sospechas de intentos desestabilizadores, la ruptura de la alianza política, y hasta cierto ambiente de desamparo, fueron fluyendo en un Gobierno que sigue buscando respuestas, según publica Diario El Chubut.