La pandemia de coronavirus que azota al mundo obligó a los países a tomar medidas extraordinarias. Argentina no permaneció ajena a ella y decretó una cuarentena obligatoria a fin de preservar la salud de sus habitantes. En contraposición, el resguardo de las personas conlleva un duro golpe para la actividad económica.
Por eso, en los últimos días, el Gobierno lanzó una batería de políticas urgentes con el objetivo de enfrentar la crisis sin que su peso golpee de lleno a la población. Pagos extras para beneficiarios de las AUH y la AUE, bonos para jubilados y pensionados, y la prohibición de cortar servicios básicos como la luz y el gas son algunas de ellas.
Sin embargo, una de las incógnitas más grandes fue qué ocurriría con los monotributistas y los trabajadores del sector informal. Finalmente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, respondió este lunes con la creación del «Ingreso Familiar de Emergencia» (IFE), que constará de un pago único -en principio- de $10 mil en abril, destinado a los monotributistas clases A y B.
Emilia Lobais es psicopedagoga, se desempeña como prestadora de salud en discapacidad, e integra el colectivo Monotributistas Organizados. En diálogo con ámbito.com, califica a los anuncios como «insuficientes» y denuncia que dejan expuestos el «régimen de precarización» que atraviesa el sector.
«Desde la agrupación decimos que es insuficiente porque no se reconoce a todas las categorías. La mayoría de los trabajadores y trabajadoras que están en la C o en la D tampoco están en una posición holgada. Sus ingresos apenas logran estar al nivel de lo que se espera para una canasta básica», destaca.
En este sentido, Lobais explica que para acceder al IFE «las personas no tienen que percibir ningún otro ingreso. Pasa, al menos dentro de nuestra agrupación, que hay un montón de trabajadores y trabajadoras que a veces facturan parcialmente a otros organismos, ya sea empresas, organismos estatales, clientes particulares, y quizás perciben un ingreso escaso de $4 mil».
Por otra parte, la profesional denuncia que «no se resolvió la exención de pago, que es lo que solicitábamos». «Un trabajador monotributista que recibe los $10 mil tendría que usar entre 2 mil y 3 mil para pagar el monotributo», advierte.
Y agrega: «Los que quedaron afuera de esta medida tienen que responder a alquileres y pagos de servicios con ingresos que se ven mermados o que se reducen a nulos porque no pueden trabajar. Aun así, tienen que pagar el valor del monotributo mes a mes. Es pagar para trabajar cuando no se puede hacer. Si no trabajamos no facturamos, no comemos y no podemos hacerle frente a nuestras responsabilidades de gastos».
«Pedimos un seguro de desempleo de $30 mil y licencia paga para aquellos trabajadores y trabajadoras que tienen relación de dependencia encubierta», concluye la dirigente.
Por su parte, Mario Volman, contador especializado en impuestos, analiza: «Estamos en un momento de crisis mundial, que va a generar una recesión importante. En este contexto, generar dinero artificial o emitirlo, seguramente no va a producir una hiperinflación como podría haber pasado meses atrás».
«Hay pequeños comercios que están en problemas. Escuché a economistas decir que el Gobierno le acredite fondos a pymes y a sus empleados porque van a tener dificultades para pagar salarios. Esa me parece una buena medida, ya que se acerca fin de mes y tienen que pagar los sueldos. Hay que ayudar a este sector», desliza el contador.
Volman destaca la decisión del Estado de ponderar la vida de la población por sobre las variables económicas y avala los primeros pasos. «En Argentina se privilegió la vida de las personas sobre la economía y eso me parece bien», dice, y agrega: «No pueden subir los precios de los alimentos y de los utensilios de higiene. Hay que apelar a la buena fe de los empresarios sin llegar a los controles de precios».
«En este momento estricto hay que dejar de lado el equilibrio fiscal. Ni eso, ni la inflación, ni la renegociación de la deuda deben importar. Hay que privilegiar la seguridad del país entero por sobre lo demás», cuenta a este medio.
Por último, sostiene que Argentina y todo el mundo «van a entrar en una recesión económica» y proyecta despidos en todo el planeta. «Hoy se anunció que 3,3 millones de estadounidenses se presentaron para cobrar el seguro de desempleo. EEUU aprobó un plan salvaje para resguardar la economía de su país», cierra.