Alojados en cuatro celdas en grupos de a dos, en el pabellón 6 de la Alcaidía de La Plata 3 de Melchor Romero y lejos de otros presos, los ocho jóvenes oriundos de la ciudad de Zárate pasan sus días sin recibir visitas de sus familiares como consecuencia del aislamiento social decretado por el Gobierno Nacional el 20 de marzo, que también alcanza a todas las cárceles del país.
A pesar de que todos los presos de la provincia tienen la posibilidad de tener un teléfono para comunicarse con sus familiares, ninguno de los ocho tiene celular propio y utilizan el teléfono público del pabellón, y consumen los alimentos y otros elementos de limpieza e higiene que reciben por parte de sus familiares una vez a la semana.
Precisamente hoy, el mismo día en que se cumplen tres meses del asesinato de Báez Sosa frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, los rugbiers tendrán, al menos, la posibilidad de juntarse en algún momento para festejar el cumpleaños número 20 de uno de ellos, Blas Cinalli.
Sin embargo, este joven fue quien recibió días atrás una de las peores noticias del caso: los peritos científicos determinaron que su perfil genético fue hallado debajo de las uñas de la víctima.
A su vez, las pruebas de laboratorio realizadas en la Asesoría Pericial del Ministerio Público Fiscal de Junín arrojaron en los últimos días que en el 70 por ciento de las prendas de vestir secuestradas a los imputados había sangre de Fernando.
Casi simultáneamente, la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Dolores, confirmó el procesamiento con prisión preventiva dictado en febrero por el juez de Garantías de Dolores, David Mancinelli, y también rechazó el pedido de la defensa de apartar de la causa a la fiscal de Villa Gesell Verónica Zamboni.
Los camaristas destacaron en su fallo la «falta de nerviosismo» y la «normal actitud» de los imputados tras la golpiza mortal a Fernando, por lo que consideraron que se trata de «personas frías y calculadoras».
Esta resolución, que se demoró prácticamente un mes por la emergencia sanitaria ante la expansión de Coronavirus que derivó en audiencias presenciales suspendidas e idas y vueltas en la conformación de la Sala, fue celebrada por la familia de la víctima, que consideró que se trata de «un pequeño paso» para que se haga Justicia.
En tanto, la investigación continúa y se esperan los resultados de otros peritajes pendientes, como el scopométrico que cotejará la impronta de la zapatilla hallada en el rostro de la víctima con los 22 pares de calzado secuestrados a los imputados; por un lado; y los estudios psicológicos y psiquiátricos a los rugbiers detenidos.
Estos últimos, a realizarse en la Asesoría Pericial de La Plata, buscarán determinar entre otras cuestiones, si los rasgos de personalidad de los acusados concuerdan con los extremos necesarios de un homicidio cometido por placer, tal como sostiene el particular damnificado; y también con el potencial cumplimiento de un arresto domiciliario como solicitó la defensa.
Esta cuestión de la morigeración de la prisión preventiva aún debe ser resuelta por el juez Mancinelli y en caso de que la rechace, la misma pasará también a la Cámara de Apelaciones de Dolores.
Además de Cinalli, permanecen detenidos en el mismo pabellón de Melchor Romero a Máximo Thomsen (20), Ciro Pertosi (19), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), y Ayrton Viollaz (20), acusados del delito de «homcidio agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas».
En la causa hubo otros dos detenidos, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), quienes fueron excarcelados en febrero último por falta de pruebas.´
Por su parte, la defensa recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar que los acusados que el Ministerio Público bonaerense no les brindó el derecho a ser escuchados «con las debidas garantías».
El crimen de Fernando Baez Sosa ocurrió el 18 de enero a la salida del boliche Le Brique y quedó filmado por cámaras de seguridad municipales y por teléfonos celulares de personas que pasaban por el lugar.
El caso generó numerosas manifestaciones en reclamo de justicia en todo el país, dos de ellas multitudinarias al cumplirse el primer y segundo mes del crimen.