Néstor Ángel “El Tero” Gómez Ocampo se olvida que es funcionario público y que como tal debe dar explicaciones a la ciudadanía cuántas veces sean necesarias. Dice que este portal de noticias lo agravió, lo calumnió; pero nunca habló de su relación con el narcotraficante Omar “El Cura” Segundo, hoy condenado a 9 años de prisión. Ni de esas fotos en las que aparece con él, presuntamente, después de haber comido un asado. Y eso no es un invento de Cholila Online.
Quizás el problema para el “Tero” Gómez es que esas fotos hayan aparecido y se hayan publicado; con todo lo que eso representaría para alguien que ostenta uno de los cargos más importantes en la policía del Chubut que debería haber sido desplazado, si efectivamente se cumpliera con el “tan manoseado” reglamento que tiene la institución y que condena con la “exoneración”, a aquellos miembros de la fuerza que tienen relación con delincuentes.
Talvez ese sea el perjuicio que el subjefe de Policía dice que le esta ocasionado Cholila Online; el de mostrarle a la sociedad cuál es su verdadero perfil. Cuál es su verdadero rostro.
Como ya lo marcamos, “El Tero” Gómez Ocampo y su abogado han elegido el pasquín del millonario sindicalista Héctor Rubén González para salir a atacar a este diario digital y a su propietario, y en estos días no han hecho más que decir inexactitudes y mentiras sobre el proceso judicial a través del que intentarán en unos días más convencer a la Justicia de que sancione a Cholila Online.
Una de esas falacias, por ejemplo, es cuando afirman que “El Tero” Gómez es quien lleva a juicio a Darío Fernandez: porque esto no es así. En realidad fue Darío Fernández quien pidió ir a juicio, al negarse a conciliar con el subjefe de Policía, y así quedó escrito en el acta judicial que se labró con motivo de la frustrada audiencia conciliatoria y también lo aclaró el juez Fabio Monti en la audiencia preliminar del otro día, cuando afirmó que se había llegado hasta ese procedimiento porque había fracasado “la instancia de conciliación a pedido del querellado”, dijo Monti.
Incluso Fernández lo expresó públicamente a través de su portal de noticias: “Yo no concilio con el amigo de un narcotraficante. Sería faltarle el respeto a las familias que padecen los flagelos del narcotráfico”, sostuvo el propietario de Cholila Online. Entonces si esto es así, ¿por qué Gómez Ocampo y su abogado siguen empecinados en decir lo contrario?
Otro hecho real que aparece como irregular o al menos criticable, es la calidad de quien lo querella a Darío Fernandez y la de su representante legal.
Si la querella es “privada” ¿por qué “El Tero” Gómez Ocampo utiliza un abogado al que pagamos todos los chubutenses? Martín Sebastián Castro es funcionario y cobra como tal, por el lado del Ministerio de Seguridad de la provincia.
También “El Tero” Gómez echa mano de subordinados suyos para llevarlos al juicio como testigos; uno de los que va a declarar a su favor, por ejemplo, es Paulino Gómez, el devaluado director de Seguridad de la policía provincial; el que llamaba a los ciudadanos “chimangos”, otro es quien hoy ostenta un cargo de jefe en la policía de Investigaciones, también dependiente suyo.
No se entiende cómo en el marco de una causa por supuesta calumnia en perjuicio del subjefe de la Policía, que él entiende se habría producido en una nota periodística; es necesario que la mitad de la policía sea ofrecida como testigos y que además convoquen a quien dicen que es “la mano derecha” del fiscal en jefe de Puerto Madryn para prestar declaración a favor del “Tero” Gómez.
Entonces, la duda es la supuesta calumnia ¿se cometió a través de la prensa, en una nota periodística, o se transmitió de boca en boca a policías y a la Fiscalía de Madryn?
¿Es el Estado chubutense que va contra Darío Fernandez o solo el señor Néstor Ángel “El Tero” Gómez Ocampo?
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