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Australia: el primer ministro pidió disculpas por una violación en el parlamento

En medio de una ola de críticas por un caso de abuso sexual a una empleada del parlamento australiano, el primer ministro, Scott Morrison, pidió disculpas este martes.

En la denuncia, que data del 2019, la joven señaló haber sido violada por un compañero y que se sintió abandonada por sus superiores.

Lo que para Brittany Higgins -de 24 años en ese entonces- debería haber sido un “trabajo de ensueño”, terminó convirtiéndose en una pesadilla en tan solo un abrir y cerrar de ojos, luego de que, según asegura la víctima, fuera violada por un compañero en la oficina de la ministra Linda Reynolds, para quien ella trabajaba en el parlamento australiano.

Higgins, además declaró a medios locales que alertó de este grave episodio a uno de sus superiores y fue invitada a participar en una reunión en la misma sala donde había ocurrido el hecho y dijo que, en ese momento, tuvo la sensación de que sus superiores le daban a elegir entre su carrera o denunciar los hechos ante la policía.

Estos hechos salen a luz después de que otros escándalos de agresión sexual, intimidación y acoso pusieran de manifiesto en los últimos años la cruda realidad y la discriminación de las mujeres en la esfera política australiana.

Si bien Higgins explicó que había hablado con la policía tras la agresión y que decidió no realizar la denuncia, la prensa australiana afirma que ahora sí ha decidido recurrir ante la justicia.

El hombre al que acusa de violación, cuya identidad no se ha divulgado, habría abandonado sus funciones

Un problema “político”
Según contó el lunes a la televisión australiana, Higgins sintió como si se tratara de un “problema político” y percibió claramente el malestar de sus jefes si el tema volvía a mencionarse.

En un primer momento, el gobierno australiano expresó que los superiores de Higgins habían animado a la mujer a denunciar los hechos y le habrían manifestado su apoyo fuera cual fuera su decisión. A su vez, un responsable admitió que el lugar escogido para la reunión fue, de entrada, un error. Pero estas declaraciones no lograron eclipsar la indignación suscitada en el país por las declaraciones de Higgins.

Pero el martes, el primer ministro dio un giro de 180 grados y se disculpó: “Esto no debería haber ocurrido y pido disculpas”, dijo a los periodistas en Canberra.

Morrison explicó que tras haber conversado con su esposa, se dio cuenta de que había que dar una respuesta más firme a este escándalo y anunció una investigación sobre la manera en que se reciben las denuncias tras una agresión sexual y también otra sobre los métodos de trabajo en el parlamento. “Los ambientes laborales donde las mujeres se encuentran en una situación tan vulnerable no deberían existir”, dijo.

Higgins agradeció al jefe de gobierno por sus palabras, pero consideró que no tendría que haber sido necesario recurrir a la prensa para que decisiones así fueran tomadas por el gobierno y consideró que su reacción era “tardía”.

El parlamento australiano tiene desde hace tiempo la reputación de ser un ambiente de trabajo hostil hacia las mujeres, y a la coalición conservadora en el poder se le reprocha concretamente tener un problema con el papel de las mujeres en la vida política. En efecto, varias mujeres abandonaron el parlamento antes de las elecciones de 2019 y algunas dijeron que habían sido víctimas de acoso.

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