El hecho se registró el sábado por la tarde en la ruta 259, portada de la localidad de Esquel, cuando Leopoldo Quilaqueo, un miembro de la comunidad mapuche Nahuelpan, viajaba de acompañante en una camioneta Ford F350 transportando irregularmente un capón faenado y unas planchas de cuero de dudosa procedencia en la caja de madera del rodado.
Los tripulantes del vehículo se toparon con un control policial en el camino y tuvieron que frenar para ser identificados. Los policías cuando le pidieron los papeles a quien conducía, Gabriel Nahuelquir de 39 años, vocero de la comunidad mapuche, descubrieron que la cédula de identificación del vehículo se encontraba vencida.
Las cosas escalaron muy rápidamente ni bien los efectivos les anoticiaron que debían aplicarles una multa, porque Quilaqueo, en presunto estado de ebriedad se habría puesto muy violento, manifestando, según la declaración de los uniformados, amenazas de muerte.
Los empleados policiales tuvieron que reducirlo para que se calmara y se lo terminaron llevando demorado, pero antes registraron la caja de la camioneta y encontraron la sorpresa.
Leopoldo Quilaqueo terminó detenido en la seccional 2°da. de Esquel por la presunta comisión de los delitos de amenazas, resistencia y atentado a la autoridad. Pero horas mas tarde fue liberado aunque aparentemente habría quedado imputado por la fiscalía de turno.
El caso es controversial porque el vocero Nahuelquir sostiene que los cueros de animal los llevaba para “tapar la camioneta”, que transportaban “unas liebres que traían del campo” y que todo el procedimiento se resume en brutalidad, represión y abuso de autoridad.
Sin embargo, las fotos brindadas por la propia policía no parecerían coincidir con el relato de Gabriel Nahuelquir. “Las liebres” se ven como un capón y los cueros presuntamente para “tapar la camioneta” parecen mas para comercializarse que para otra cosa.
Aún no se oficializó una investigación por posible delito de “abiggeato” o comúnmente denominado “cuatreo de animales” (robo de ganadería). Igualmente la carne fue secuestrada para ponerla a disposición del personal de bromatología y también se incautó un par de cuchillos que traían los sujetos en la camioneta.
El vocero decía también que la carne que llevaban era para consumo propio y del campo que es propiedad de ello, pero lo cierto es que no contaba con ningún papel que los autorizara, toda vez que se sabe que para transportar carne en el baúl de un vehículo el animal tiene que tener la señal correspondiente (marcas en las orejas) pero este estaba decapitado, lo cual es un tanto sospechoso, porque podría llevarnos a inferir que lo decapitaron presuntamente para evitar que se sepa a quien pertenece.
También se debe contar con una autorización del juzgado de paz para entrar la carne a Esquel, pero ellos no portaban ninguna.