La reunión entre Alberto Fernández y Javier Milei para dar un gesto de concordia y empezar a planificar la transición está en veremos. El Presidente se contactó anoche con su sucesor para felicitarlo y acodar el momento y el lugar para verse en persona, pero el jefe de La Libertad Avanza puso reparos sobre el día y el horario propuestos. Además, hay resquemores entre los libertarios por el discurso de Sergio Massa anoche, y dudas sobre su actual rol en el Gobierno y como líder de la fuerza oficialista. Pasado el mediodía del primer día post-elección, todo indica que el encuentro se postergará, al menos, para mañana o el miércoles, y no se definió aún dónde se realizará.
Más allá de la predisposición que mostró el Jefe de Estado para verse con Milei, en el principio de las negociaciones para coordinar hubo un cortocircuito sobre el lugar de la cita. Alberto Fernández insistió en que se vieran en Olivos o en la Casa Rosada, para que se respetara su investidura, según revelaron fuentes oficiales. Pero desde el hotel Libertador, el búnker donde se encuentra instalado Milei desde la Generales, dijeron que el referente libertario, que acaba de ser electo, prefiere que se vean en un lugar neutral. Nunca se encontraron en persona, y hasta anoche no habían hablado siquiera por teléfono.
Por ahora, dijeron las fuentes, la locación sería el principal inconveniente para que coincidan, a pesar de los esfuerzos para llegar a un acuerdo entre sus interlocutores, Santiago Caputo y Guillermo Francos, por el lado de Milei; y el canciller Santiago Cafiero desde Balcarce 50. Sin embargo, también incide en las dudas de los libertarios la incertidumbre sobre el rol que tendrá en adelante el líder de hecho del oficialismo, Sergio Massa.
“Ni siquiera sabemos si Massa sigue siendo ministro, primero se tienen que acomodar ellos”, dijeron cerca de Milei esta mañana. Es que el ex candidato de Unión por la Patria dejó trascender ayer que tomaría licencia en el Ministerio de Hacienda hasta el final del mandato, pero aún no anunció formalmente la medida ni la efectivizó. Y los libertarios creen que Masa es el verdadero jefe político del Estado, mientras Alberto Fernández cumple un rol meramente formal. “El lugar y el día para verse están abiertos. Todavía no sabemos y lo vamos a comunicar oportunamente”, dijeron en el entorno del presidente electo. Las suspicacias se producen también por el resquemor que provocaron en el presidente electo las palabras de Massa anoche, cuando lo responsabilizó por los posibles vaivenes en la economía a partir del comienzo de la semana hábil. “Es una canallada”, dijo Milei esta mañana en una entrevista con radio Rivadavia, y recordó que el estado de las cuentas y de variables como la inflación se deben exclusivamente a la gestión del líder del Frente Renovador.
En la Casa Rosada, en tanto, aseguraron que el primer mandatario sigue a disposición para la reunión, pero no está de acuerdo con ceder sobre la locación: cree que es importante, desde el punto de vista institucional, que se encuentren en alguna de las sedes de la Presidencia. Con respecto a Massa, en Gobierno también se encuentran a la expectativa sobre los próximos movimientos del ministro, que está en proceso de digerir la derrota que sufrió ayer contra el jefe de La Libertad Avanza en 21 provincias en el balotaje. Por ahora, el funcionario sólo tiene previsto liderar hoy una reunión con su equipo en Economía, pero no está en los planes que vuelva a hablar en público. La última vez que lo hizo fue anoche, cuando reconoció que había perdido contra Milei y lo responsabilizó por el rumbo de la economía y la política en adelante.
Por lo pronto, Milei pasó la mañana en el piso 21 del hotel Libertador, desde donde lideró la campaña durante el último mes y esperó ayer los resultados de la segunda vuelta que lo proclamaron presidente. En el edificio de av. Córdoba y Maipú, que se encuentra desde ayer rodeado de cámaras de TV, periodistas y varios militantes libertarios, Milei estaba acompañado, como es habitual, por sus colaboradores más cercanos: su hermana, Karina; el futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el futuro Ministro del Interior, Guillermo Francos, y el asesor de campaña y comunicación, Santiago Caputo, a quien agradeció especialmente anoche en su discurso de triunfo desde el primer piso, y que no tiene previsto ocupar ningún cargo en el Estado, sino mantenerse en las sombras como consejero de confianza del referente máximo de la fuerza de derecha.
Desde las 7.30 mantuvo reuniones bilaterales virtuales con mandatarios de las principales potencias y sus diplomáticos, que fueron coordinadas por su futura canciller, Diana Mondino. Y a partir de las 10, dio una serie de entrevistas radiales, donde ratificó, a grandes rasgos, sus planes para la economía y la dinámica política que planea imprimirle a su administración, con una impronta ortodoxa que consistirá en la reducir el gasto público a través del recorte del Estado y la privatización de varios organismos y de las obras de infraestructura, así como un relanzamiento del caído acuerdo con el FMI.
Para el resto de la jornada tiene previstas una serie de reuniones con sus equipos y con dirigentes de otros partidos para sumarlos a su administración a partir del 10 de diciembre, entre los que mencionó al ex candidato a vicepresidente de Hacemos por Córdoba, Florencio Randazzo. En la agenda, al menos hasta el momento, no estaba incluida una visita a Olivos o a la Casa Rosada.