El profundo deterioro de los salarios reales durante el último tiempo ha hecho caer a muchas personas, incluso con trabajo, por debajo de la línea de pobreza. En ese sentido, los ingresos necesarios para ser considerados de manera razonable como parte de la «clase media» se han vuelto cada vez más inaccesibles para cierta porción de la población que suele autopercibirse dentro de dicho estrato social.
Según un reciente análisis de la consultora W, basado en la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, un 42% de la población argentina perteneció a la clase media en el primer trimestre de 2024. Sin embargo, la mayor parte de ese porcentaje (25%) correspondió a la «clase media-baja», siendo el resto de «clase media-alta». Este escenario pone en evidencia el rápido desvanecimiento de la tradicional identidad de Argentina como un país arquetípico de clase media.
De acuerdo a la estimación de la consultora W, un ingreso mínimo mensual neto de u$s900 (medido al dólar paralelo promedio del primer trimestre) fue el requisito para ser considerado de clase media-baja. Mientras tanto, a partir de los u$s1.800 un hogar pasó a ser encasillado dentro de la clase media-alta.
Por otro lado, una familia con ingresos de entre u$s800 y u$s900 fue clasificada dentro de la «clase baja superior (no pobre)». Asimismo, aquellas personas que se encuentran en situación de pobreza perciben un ingreso medio de apenas u$s280.
En total, el 78% de la población argentina fue catalogada como de clase baja o media-baja, lo que representa una cifra alarmante. «Se está poniendo en riesgo la identidad histórica que tenía la Argentina como un país de clase media», advirtió Guillermo Olivetto, director de la consultora W, en diálogo con LN+.
LOS MOTIVOS: INFLACIÓN Y DEVALUACIÓN
Esta tendencia se explica principalmente por la caída del poder adquisitivo de los salarios, producto de la alta inflación y la devaluación del peso. «El shock» que atraviesan algunas personas que habitualmente se consideraban de clase media al enterarse que sus ingresos se encuentran debajo de la línea de pobreza es una realidad cada vez más extendida.