El organismo internacional giró US$ 2.000 millones al país, pero advirtió por el deterioro del empleo, la caída de la demanda interna y la pérdida de reservas.
El Gobierno argentino recibió este lunes un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$ 2.000 millones, en el marco del programa de asistencia financiera vigente. Parte de esos fondos reforzarán las reservas internacionales, mientras que el resto se utilizará para pagar deuda con el propio organismo, incluyendo US$ 824 millones en intereses y comisiones.
Este giro se suma a los US$ 12.000 millones ya desembolsados en abril, como parte del nuevo acuerdo de US$ 20.000 millones, que implicó modificaciones en el esquema cambiario, entre ellas el abandono del crawling peg del 1% mensual y el establecimiento de bandas cambiarias entre $1.000 y $1.400 por dólar.
Caída en reservas y ajuste de metas
Pese a los cambios implementados, el FMI informó en su staff report que Argentina no cumplió con la meta de reservas del segundo trimestre: en lugar de los -US$ 1.100 millones acordados, las reservas netas se ubicaron en -US$ 4.700 millones. Por este motivo, el organismo flexibilizó el objetivo, reduciendo la exigencia en US$ 5.000 millones.
También se modificó la frecuencia de las revisiones del programa, que pasarán de trimestrales a semestrales, ante las dificultades enfrentadas por el Ejecutivo, especialmente durante julio, cuando el dólar subió 4% en un solo día y las tasas se incrementaron con fuerza.
Economía real: empleo y consumo en retroceso
A pesar de una expansión del PBI del 5,8% interanual en el primer trimestre, el FMI alertó sobre síntomas de desaceleración en la economía argentina. La recuperación ha sido desigual, con sectores como agricultura, energía y minería a la cabeza, mientras que la construcción y la industria manufacturera permanecen rezagadas.
En términos laborales, el empleo asalariado formal mostró retrocesos: desde noviembre de 2023 hasta abril de 2025 se perdieron 130.681 puestos en el sector privado. A ello se suma un estancamiento en los salarios reales y un menor dinamismo en el consumo.
Perspectivas: inflación controlada, pero menos crecimiento
El informe del Fondo destaca que la inflación se redujo a mínimos de los últimos cuatro años, lo que refleja un traspaso limitado de la devaluación a los precios. No obstante, se prevé una desaceleración económica para lo que resta del año, impulsada por el ajuste monetario, la apreciación real del peso y un contexto internacional menos favorable.
Además, el FMI indicó que el superávit comercial se achica rápidamente, impulsado por un aumento de importaciones en un marco de tipo de cambio aún fuerte y liberalización comercial.
El desembolso reciente del FMI representa una inyección de liquidez vital para las reservas, pero llega acompañado de señales claras de advertencia sobre el freno en la economía real. Empleo formal, consumo y producción industrial se convierten en los principales focos de preocupación. El desafío del Gobierno será equilibrar el cumplimiento de metas fiscales y monetarias sin seguir profundizando el enfriamiento del aparato productivo. Información extraída del medio Clarín.