A 18 días de la desaparición de Pedro Kreder y Juana Morales, el operativo cambió de fase y se concentra en la recuperación de cuerpos.
El ministro de Seguridad confirmó que buscan “personas fallecidas”. La desaparición de Pedro Kreder y Juana Morales, una pareja de jubilados de Comodoro Rivadavia, cumple más de dos semanas y el caso se torna cada vez más angustiante. Este martes, el ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, confirmó que el operativo ya no tiene carácter de rescate. “Estamos buscando personas fallecidas”, declaró en diálogo con Radio Chubut, marcando un punto de inflexión en la investigación.
La pareja fue vista por última vez el 10 de octubre, cuando salió a pasear por la zona de Caleta Córdova y Rocas Coloradas. Su camioneta Toyota Hilux fue hallada días después, incrustada en un zanjón de difícil acceso, con las puertas cerradas, sin signos de violencia y con pertenencias personales en su interior, aunque faltaban los dos celulares.
Perros DRH y un terreno hostil
Iturrioz explicó que desde esta semana se incorporaron canes DRH (Detección de Restos Humanos) y que el operativo se transformó oficialmente en una búsqueda de recuperación. “Tuvimos que decirles a los familiares que cambiamos la modalidad. Es doloroso, pero debemos ser honestos”, afirmó.
El ministro también reveló un dato inesperado: “No tenía idea de que había tantos pumas hasta que fui al lugar”, en referencia a la fauna presente en la zona de rastrillaje.
El especialista en rescate Luis Zúñiga, convocado por la familia, describió la complejidad del terreno: “Hay que tener los vehículos muy preparados. Reventé dos amortiguadores. Si lográs entrar, probablemente tengas que salir caminando. Solo se accede a caballo o con 4×4 adecuadas”.
Sospechas, dolor y búsqueda a caballo
A pesar de las condiciones extremas, más de 100 efectivos, drones, caballos y equipos de búsqueda continúan trabajando. Sin embargo, las familias mantienen sus sospechas: creen que no se perdieron, sino que fueron interceptados.
Gabriela Kreder, hija de Pedro, fue contundente: “Mi papá nunca se hubiese metido en ese lugar. Conocía la zona y sabía los riesgos. Si se hubiesen perdido, habrían dejado una señal, un fuego, algo. Y no hay nada”.
Por su parte, Aldana Botha, hija de Juana, habló con Seta TV y describió la dificultad económica que enfrentan: “Llega un momento en que se torna insostenible afrontar ciertos gastos. Los recorridos diarios implican un gasto altísimo de combustible y mantenimiento de los vehículos”. También pidió colaboración: “La gente puede ayudar con vales, es un gesto que ayudaría muchísimo. Soy quien coordina el operativo con los rescatistas”.
Mientras el operativo se intensifica en Caleta Córdova, el dolor de las familias crece junto a la incertidumbre. La comunidad sigue de cerca un caso que ya no se trata de esperanza, sino de verdad y justicia. Fuente: Revista Gente.




