La propuesta oficial flexibiliza el calendario laboral y permite dividir los días de descanso, siempre que cada tramo sea de al menos una semana.
También introduce nuevas formalidades y derechos para las familias trabajadoras.
El Gobierno de Javier Milei prepara un cambio estructural en la Ley de Contrato de Trabajo que podría modificar la forma en que los empleados argentinos organizan sus vacaciones. El proyecto, impulsado por la diputada oficialista Romina Diez y debatido en el Congreso, busca modernizar el régimen de licencias pagas y adaptarlo a los nuevos tiempos del empleo.
La iniciativa, que introduce modificaciones al artículo 154 de la Ley N° 20.744, amplía los márgenes de flexibilidad para que empresas y trabajadores acuerden con mayor libertad los períodos de descanso anual. Además, establece reglas más claras sobre la comunicación de fechas, la posibilidad de fraccionar las vacaciones y los derechos de quienes comparten vínculos familiares dentro de una misma empresa.
Más flexibilidad: vacaciones en cualquier momento del año
Uno de los cambios centrales del proyecto es que las empresas podrán otorgar el descanso anual en cualquier momento del año, incluso hasta el 30 de abril del ciclo siguiente. De esta manera, se elimina la rigidez estacional que históricamente concentraba las licencias durante los meses de verano, dando mayor margen para organizar los turnos sin afectar la operatividad de las compañías.
La reforma pretende equilibrar las necesidades productivas con el derecho de los empleados a un verdadero descanso. Desde el Gobierno sostienen que esta medida “mejora la eficiencia y la previsibilidad”, mientras que los gremios observan con cautela la amplitud de discrecionalidad que se concede a los empleadores.
El descanso podrá dividirse en tramos de una semana
La iniciativa también introduce una de las novedades más significativas del texto: la posibilidad de dividir las vacaciones. Hasta ahora, los trabajadores debían tomarlas en un único bloque anual. Con la reforma, se permitirá fraccionar el período en varios tramos, siempre que cada uno dure al menos siete días corridos.
Esta alternativa busca reflejar la dinámica actual del trabajo, donde muchas actividades requieren continuidad operativa durante todo el año. La fragmentación ofrece mayor libertad para conciliar los compromisos personales, aunque impone límites para evitar que el descanso pierda su sentido reparador.
Aviso formal con 21 días de anticipación
Otro punto clave del proyecto es el plazo obligatorio de notificación que las empresas deben cumplir. La fecha de inicio del descanso deberá comunicarse por escrito y con al menos 21 días de anticipación.
El objetivo de esta formalidad es garantizar que el trabajador disponga del tiempo necesario para organizar viajes, actividades familiares o compromisos personales. La comunicación deberá detallar la duración y el período asignado a cada empleado, aportando transparencia y previsibilidad tanto al trabajador como a los departamentos de recursos humanos.
No obstante, la norma abre la posibilidad de que los convenios colectivos negocien plazos y condiciones distintas, siempre que respondan a las particularidades de cada sector.
Derecho a vacaciones de verano cada dos años
Si bien el proyecto amplía la libertad para fijar las fechas del descanso, también preserva un derecho importante: el acceso al goce de vacaciones durante la temporada de verano.
Cada empleado deberá recibir el período completo de licencia en los meses estivales al menos una vez cada dos ciclos, salvo que exprese su deseo de tomarlas en otro momento del año. Esta cláusula busca equilibrar la flexibilidad empresarial con el bienestar de los trabajadores, garantizando que todos puedan disfrutar de la temporada alta en algún momento.
Vacaciones conjuntas para familias trabajadoras
La propuesta mantiene y amplía un derecho ya existente: los trabajadores casados o con vínculos familiares que se desempeñen en la misma empresa podrán solicitar tomar sus vacaciones de forma conjunta.
El empleador estará obligado a concederlo si ambos lo solicitan por escrito. Esta previsión alcanza tanto a matrimonios como a otras formas de unión familiar reconocidas legalmente, reforzando la protección para distintos tipos de familias y favoreciendo la conciliación entre vida laboral y personal.
Sindicatos podrán negociar excepciones sectoriales
El texto también deja abierta la posibilidad de que los sindicatos intervengan para adaptar el régimen a la realidad de cada rubro. Las convenciones colectivas podrán establecer otras modalidades de fraccionamiento o plazos distintos de aviso, siempre que no vulneren los derechos básicos establecidos por la ley.
Este punto es interpretado como una válvula de equilibrio: permite cierta flexibilidad empresarial sin desarticular la negociación colectiva, que seguirá siendo el canal de ajuste en sectores con dinámicas productivas especiales.
Hacia una legislación más dinámica, con límites claros
El nuevo marco busca reflejar los cambios en el mundo laboral, donde la flexibilidad es una demanda creciente tanto para las empresas como para los empleados. Sin embargo, el proyecto mantiene límites concretos: el descanso no podrá dividirse en lapsos menores a una semana, y la comunicación deberá respetar el plazo mínimo de aviso.
El Gobierno sostiene que esta reforma “moderniza la legislación sin eliminar derechos”, aunque las centrales sindicales advierten que podría abrir la puerta a abusos si no se regula con precisión el ejercicio de la facultad empresarial.
Una transformación del concepto de descanso anual
La propuesta, que aún se encuentra bajo debate parlamentario, redefine uno de los pilares históricos del derecho laboral argentino: la licencia anual ordinaria. En lugar de concebirla como un bloque único e inamovible, pasa a ser un sistema más adaptable y negociable, en línea con las transformaciones del empleo contemporáneo.
El desafío será equilibrar los intereses de productividad con el derecho humano al descanso. Si se aprueba, la reforma no solo modificará la rutina de las empresas, sino también la forma en que millones de trabajadores argentinos planifican su tiempo libre.




