En una señal de reconocimiento a las políticas económicas del gobierno, la calificadora internacional S&P Global Ratings elevó la nota crediticia de Argentina.
La mejora, que ahora coloca la calificación en CCC+ con perspectiva estable, se fundamenta en los avances económicos y el fortalecimiento político logrado tras las elecciones de octubre.
El fundamento: fortaleza política y mejora en los indicadores
La decisión de S&P no es casual. La calificadora explicitó que se basó en dos pilares fundamentales. Por un lado, la “posición política más fuerte” del oficialismo tras las elecciones de mitad de mandato, que lo consolidan como la primera minoría en el Congreso. Esta nueva configuración genera expectativas de mayor apoyo legislativo a leyes clave, como el Presupuesto 2026.
Por otro lado, S&P destacó la “disminución de los desequilibrios económicos”, gracias a la significativa reducción de la inflación y la consecución de un superávit fiscal durante el año 2025. Estos factores, según la agencia, mejoran el acceso del gobierno a la liquidez y refuerzan su solvencia.
Un mercado que anticipa y celebra la mejora
La mejora de S&P llega para alinear la calificación argentina con la otorgada por sus pares Moody’s Ratings y Fitch Ratings, colocándola a la par. Sin embargo, es crucial señalar que la nueva nota sigue estando siete niveles por debajo del grado de inversión, un estatus que aún está lejos.
No obstante, el mercado ya había anticipado este movimiento. Los inversores han mostrado una creciente confianza, premiando a los bonos argentinos con una rentabilidad cercana al 29% desde las elecciones del 26 de octubre. La suba de nota valida esa confianza y señala que, según S&P, los avances “podrían reducir la probabilidad de un default convencional”.
Esta mejora en la calificación crediticia, reportada originalmente por la Agencia Noticias Argentinas, representa un respaldo simbólico y tangible a la gestión económica actual. Si bien el camino hacia el grado de inversión sigue siendo extenso, el paso de CCC a CCC+ marca un avance concreto, reflejando una percepción de menor riesgo inmediato y un horizonte de mayor estabilidad para el país en los mercados internacionales.




