El presidente Mauricio Macri aseguró este jueves que el país «va en el camino correcto», ratificó su compromiso de «reducir la pobreza», recordó el «coraje» de los próceres de la Revolución de Mayo para «construir una país y una sociedad mejor», y advirtió a la dirigencia política, empresarial, sindical y a los jueces que, igual que en 1810, hoy nadie puede «creerse dueño de decirnos lo que tenemos que hacer».
«El cambio tiene que ver con avanzar, tampoco desde la política, o desde la dirigencia, porque también puede pasar entre los empresarios, sindicalistas y los jueces. Nadie puede creerse dueño de decirnos lo que tenemos que hacer», advirtió el jefe de Estado en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, adonde se dirigieron a mediodía los miembros de los tres poderes del Estado que habían participado junto al presidente del Tedeum del 25 de Mayo, en la catedral metropolitana.
Agregó que «los ciudadanos somos los que tenemos el poder y elegimos servidores públicos, como el que les habla, para que nos ayuden a trabajar y a desarrollar y a superar las dificultades»,
Macri llegó caminando desde la catedral metropolitana, donde a media mañana escuchó la homilía del arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, Mario Poli, acompañado de la primera dama Juliana Awada.
Ante una nutrida audiencia de más de un centenar de personas que lo esperaron en la Casa Rosada para compartir el tradicional locro de la fecha patria, Macri dijo también que Argentina «va por el camino correcto» y que ese camino hay que hacerlo juntos, porque «no es la tarea de un Presidente, ni de un gobierno, ni de unos pocos, sino de todos».
Macri habló ante todos los funcionarios de su gabinete, miembros del Poder Legislativo, autoridades de las Fuerzas Armadas y de seguridad, del cuerpo diplomático extranjero, y también de la Justicia.
En su mensaje, el Presidente hizo un paralelo con el 25 de Mayo de 1810, y convocó hoy, a 207 años de esa fecha clave, a «seguir el ejemplo de coraje» de los próceres de la Revolución de Mayo «para construir un país y una sociedad mejor». Y afirmó entonces que hoy, como en 1810, nadie puede «creerse dueño de decirnos lo que tenemos que hacer».
Macri destacó el rol de aquellos líderes revolucionarios, que fueron «la expresión de una generación que decidió ser protagonista», y dijo que «eso es lo que de vuelta se necesita en la Argentina».
Acompañado por la primera dama, dio la bienvenida a decenas de alumnos de escuelas públicas que llegaron a la Casa de Gobierno desde distintos puntos del país para participar del festejo junto a representantes de centros de jubilados y organizaciones sociales.
Entonces, dijo también que «los hombres y las mujeres que llevaron adelante la gesta de Mayo vencieron los miedos y decidieron que querían ser libres», y recordó que «no querían que alguien, allá a la distancia, se sintiese dueño de lo que ellos tenían que hacer en su vida diaria».
«Un poco más de 200 años después, se nos repite la historia», apuntó, y recordó: «Los argentinos decidimos un cambio que tiene que ver con querer ejercer nuestra libertad, la de elegir dónde trabajar y cómo vivir y desarrollarnos».
Macri compartió con los invitados el locro y también empanadas. Los referentes de la sociedad civil habían sido convocados por el Ministerio de Desarrollo Social.
Luego de este último paso de su actividad oficial de hoy, que había comenzado temprano con un chocolate caliente que se ofreció en el Salón de los Bustos de Casa Rosada, antes del Tedeum, Macri saludó a los invitados y se retiró a descansar dando fin a las celebraciones por el 207 aniversario de la Revolución de Mayo.
Antes, el Presidente había retomado las palabras que pronunció el arzobispo Poli en su homilía respecto a la «deuda social» que tienen los argentinos con los sectores más vulnerables de la sociedad, y había afirmado: «Nosotros estamos comprometidos con reducir la pobreza».
Poli había había centrado su mensaje en los que sufren «la inequidad, la pobreza y la desigualdad», y había marcado que «buena parte del pueblo no tiene una vida digna», y que «dolorosamente» los argentinos aprendieron que «la inequidad genera violencia».
Macri subrayó también que el camino que eligió y en el que cree su gobierno es «decir la verdad y poner los problemas sobre la mesa», en referencia a la deuda social con los sectores más vulnerables.
Recordó a quienes llevaron adelante la gesta revolucionaria de Mayo, y dijo: «Esos corajudos decidieron ser protagonistas, y eso es lo que de vuelta hoy se necesita en la Argentina, que cada uno sea protagonista y haga el mayor esfuerzo para que los que hacemos, lo hagamos cada día mejor, y así construir una sociedad y un país mejor».
«Cuando hacemos las cosas bien no sólo damos un ejemplo a los menores y a la familia, sino que transmitimos una actitud frente a la vida, y de eso se trata lo que estamos encarando hoy los argentinos, de hacer las cosas con otra actitud frente a la vida», destacó el mandatario, que llegó cansado de su larga gira asiática y de su última visita a Ecuador, ayer, donde sufrió «una descompensación por la altura», según él mismo explicó a su llegada de Quito, después de haber participado del acto de asunción de su par electo, Lenín Moreno.
En el acto del mediodía en la Casa Rosada, Macri habló de la elección de su gobierno de «no aislarse del mundo, sino ser parte del mundo» e hizo referencia al largo viaje que durante los últimos días lo llevó a Emiratos Arabes, China y Japón, y también a Ecuador, y del cual, admitió, aún no se recupera.
«Juro que me hubiese gustado haber compartido la gira con ustedes, para que vieran el afecto que nos demuestra el mundo, y las ganas de acompañarnos en esta nueva etapa, y de ser socios de esta Argentina que vamos a construir entre todos», dijo el jefe de Estado.
Remarcó que en el exterior admiran a la Argentina «no sólo por su fútbol, el tango, la carne, los vinos y los paisajes», sino también por la forma que tienen de relacionarse los argentinos, por ser gente «amigable».
«Me han dicho que quieren acompañarnos, y para ello necesitamos establecer relaciones en términos de largo plazo y compromisos que se cumplan y sostengan en el tiempo, fundamental para generar confianza», dijo.
Macri contó que les expresó a los mandatarios de los países que visitó que los argentinos aprendieron de lo que vivieron en las últimas décadas y que realmente quieren ser «confiables y previsibles».
Durante el encuentro también se sirvieron pastelitos de dulce de batata y de membrillo y hubo un espectáculo artístico de música folklórica.