Después de haber recorrido un millón de millas náuticas y tras analizar esa área a una profundidad de 300 metros sin resultados positivos, sumado al hecho de que la última comunicación de la tripulación fue hace dos semanas, la Armada cambiará el protocolo de búsqueda y rescate por sólo búsqueda del navío. Sin embargo, si la embarcación está a más de 500 metros de profundidad se darán por finalizadas todas las operaciones.
De esta manera, los tripulantes ya no serán buscados con vida, según resolvió el contralmirante Luis Enrique López Mazzeo, el militar a cargo de la base naval de Mar del Plata, quien fuera el que emitió el último comunicado conocido sobre el problema en las baterías que sufrió el ARA San Juan.
En las últimas horas había llamado la atención que varios de los buques que participaban de las tareas en el Golfo San Jorge retornaban a Comodoro Rivadavia. Entre ellos el Atlantis, de los Estados Unidos, el Sophie Siem, de Noruega y el Didi-K, de Uruguay.
López Mazzeo, a cargo del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (CEOAA), firmará un nuevo comunicado avisando a los 18 países que participaron de los rastrillajes del cambio de modalidad de los operativos.
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