-¿Qué objetivo tiene el bono?
-Pensamos revolucionar la obra pública de la ciudad. Por un lado, hay una falta de servicios pese a que hace tres años empezamos a recibir fondos de la Ley de Hidrocarburos y pudimos contrarrestar en parte el atraso de muchísimos años.
Hay un gran déficit en redes de gas, agua y cloacas y obras postergadas como el monumento a la desidia que es el Estadio del Centenario.
Si logramos entendimiento con Nación y aseguramos el 70% de la obra, estaríamos dispuestos a aportar lo restante con este bono.
Falta mucha mano de obra porque en la construcción hubo más de 1.500 despidos, sumado a los 900 millones que podemos aportar este año en obra pública estaremos en condiciones de inyectar trabajo genuino.
-¿Hay riesgo financiero?
-Cuando se habla de un bono si se quiere interpretar desde lo negativo, que es lo que algunos actores han querido promocionar, se habla de ese riesgo de endeudar a la ciudad.
Comodoro es uno de los pocos municipios atractivos para el mercado de capitales y no por casualidad, sino porque se analiza ante la emisión de un bono municipal, la situación financiera que se tiene.
Tenemos un 65% de ingresos genuinos directos aportados por impuestos y tasas que se pagan en el ejido.
Se garantiza con la Ley de Hidrocarburos, los fondos PAE y Rentas Generales.
Esto nos permitirá devolver en un período máximo de cinco años como plazo, sin afectar financieramente al municipio y proyectando a futuro, una gran cantidad de obras.
-¿Se necesita aprobación de Provincia y Nación?
-El procedimiento de la emisión de un bono tiene como primer paso la autorización del Concejo Deliberante que debe aprobar que el municipio se endeude.
Debe contar con la aprobación del Ministerio de Economía de la Provincia, de acuerdo a los requisitos formales para poder ingresar a la Bolsa de Valores.
También lo tiene que aprobar el Ministerio del Interior y el Banco Central.
Si todos esos mecanismos no autorizan, no se puede emitir el bono.
Comodoro tiene un problema histórico: a medida que se cambian las gestiones, se cortan los proyectos que se querían impulsar.
Pretendemos que más allá de los colores políticos, las obras vayan más allá de quien sea el intendente y que sea un proyecto de ciudad.
Necesitamos tener un plan de gestión a 20 años porque es lo que pide la población.
-¿Cuáles son los desafíos legislativos?
-Primero hay que darle herramientas sólidas al Ejecutivo, consensuadas con distintos sectores de la población para aprobar la ordenanza del Bono.
No hay que esconder la autorización que dio el Ejecutivo nacional de aumento de tarifas de energía, que impacta directamente porque nuestra Carta Orgánica, determina que haya un tratamiento obligatorio para discutirlo.
No tenemos mucho para decidir ya que ha sido la Secretaría de Energía de Nación la que autorizó el aumento.
Tenemos el desafío del famoso Código Urbano que debe ser la “Biblia” del futuro crecimiento de la ciudad.
La misión es ambiciosa, pero ya lo estamos discutiendo con la Universidad, los colegios profesionales para urbanizar Comodoro en los próximos 50 años.
-¿Cómo ve el momento del PJ?
-Hay que trabajar para hacer la mejor gestión posible. Si esto ocurre, la gente volverá a elegirnos nuevamente si tuviéramos aspiraciones políticas.
Y al revés, se votará un cambio de gobierno.
Es natural. Desde el Partido Justicialista pensamos que las pretensiones personales no deben ser más importantes que el bien en conjunto del Partido.
Hay momentos para discutir estupideces y momentos para tomarse las cosas en serio.
Hoy hay que ser reflexivos para lograr la mayor unidad posible del peronismo.
Debemos ayudar al Gobierno provincial para volver a tener un Chubut fuerte en términos económicos y con cierta autonomía para discutir y negociar cuentas pendientes con Nación.
Hace pocos días se aprobó el Pacto Fiscal que se hizo exclusivamente para favorecer a Buenos Aires y no pudimos negociar nada a favor nuestro.
Si nos remitimos a los presupuestos nacionales, a la Patagonia no la tienen en cuenta.