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La familia de Débora Pérez Volpin acusó formalmente a los médicos

Diego Pirota y Deborah Lichtmann, abogados de la familia de la legisladora fallecida Débora Pérez Volpin, pidieron que el endoscopista Diego Ariel Bialolenker y la anestesista Nélida Inés Puente, quienes llevaron adelante el procedimiento durante el cual se produjo su muerte, sean citados a declaración indagatoria, informó hoy la letrada. 
«Ayer presentamos un escrito ante el juez pidiéndole que los cite a declarar en virtud de que ya se sucedieron todas las declaraciones testimoniales, la documentación que podía conseguirse se consiguió, así que entendemos que están todas las pruebas necesarias para que se haga la declaración», afirmó a Télam Lichtmann. 
La abogado destacó que «la indagatoria es el acto de defensa de los imputados por excelencia» donde «tienen que ir a defenderse de las pruebas que hay en su contra». 
El último 6 de febrero Pérez Volpin murió por «una perforación instrumental en su esófago» durante la realización de una endoscopia en la clínica La Trinidad Palermo y por «responsabilidad de los dos profesionales» que llevaron adelante la práctica, según el informe final de la autopsia que se dio a conocer el 11 de abril.
En el escrito presentado, la querella afirmó que «si bien al comienzo de estas actuaciones resultaban aun desconocidas muchas de las circunstancias en torno a las causales que produjeron la muerte de la mencionada, a estas alturas del proceso podemos afirmar que nos encontramos con plenas certezas en torno a las mismas». 
Al respecto, en una cronología sobre lo ocurrido el 6 de febrero advirtieron que «todas las declaraciones testimoniales prestadas en autos y la propia historia clínica dan cuenta que la señora Pérez Volpin ingresó sana al quirófano».
En el escrito, precisaron que el endoscopista «lisa y llanamente la perforó, y el aire que se le insuflara comenzó a expandirse por diversos órganos hasta provocar el colapso e insuficiencia de los mismos».
«Aquella situación no fue advertida por el médico endoscopista, que continuó con el estudio hasta que, en algún momento -muy tardío por cierto-, la médica Nélida Inés Puente, anestesista, advirtió una desaturación en la paciente», de acuerdo al texto. 
En ese sentido destacaron que «con sus tantos años de experiencia como anestesióloga, no sólo no supo como manejar una perforación endoscópica, tampoco una situación de emergencia, sino que la empeoró, conduciendo a la paciente de manera directa a la muerte». 
Y agrega que los terapistas y la cardióloga que asistieron en la emergencia dieron cuenta «de la incapacidad de Puente para manejar la situación».
«Por sus acciones así como por las omisiones en que incurrieron, cada uno desde su rol, contribuyeron a empeorar el cuadro hasta provocar la muerte de la paciente de forma violenta», añade el escrito, que acusa a los profesionales de completar luego la historia clínica con «inconsistencias, contradicciones y falsedades».
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