Está noticia es del 05 de Abril de 2001, y fue publicada por diario Clarín.
25 TONELADAS DE CIANURO Y 1.500.000 DE OTROS TOXICOS
Habrían enterrado en Chubut residuos muy peligrosos
Investigan el procedimiento usado en el cierre de una mina Quieren saber si hay daño ambiental.
La posible contaminación de ríos y arroyos tras el cierre de una mina en el departamento Gastre, en Chubut motivó la presentación de un pedido de informes en la Legislatura: los diputados quieren saber si en el lugar se enterraron 25 toneladas de cianuro y alrededor de 1.500.000 toneladas de residuos en su mayoría tóxicos.
«Los trabajos de cierre del yacimiento no conformaron a los pobladores de la zona. Y las informaciones que poseemos indican que podría haberse enterrado una importante cantidad de cianuro y otros residuos que contaminan el agua» dijo el diputado justicialista Víctor Cisterna al fundamentar el pedido de informes en la sesión del martes.
El primer alerta en Chubut fue una publicación del diario Río Negro que en diciembre recogió la inquietud de habitantes de Ingeniero Jacobacci, localidad ubicada a sólo 100 kilómetros de la mina cerrada. La mortandad de peces y el cambio de color del suelo preocuparon a los habitantes y conocedores de esa región.
Cisterna quiere que la dirección de Minas y Geología de Chubut envíe un informe sobre el cierre de Mina Angela presentado por la empresa Cerro Castillo en mayo del año 2000. También quiere saber si la dirección de Minas puede certificar que no se ha producido el enterramiento de cianuro y de otras sustancias tóxicas.
El yacimiento estuvo en actividad desde 1978 a 1992. De la mina se extraía oro, plata, cobre, plomo y zinc. Se obtuvieron más de un millón de toneladas de esos minerales. Según los responsables de la firma Cerro Castillo las operaciones fueron suspendidas por la baja en los precios de los metales, contratos de ventas desfavorables y la falta de reserva de minerales.
En mayo del año pasado la empresa presentó en Rawson el informe final sobre el cierre de Mina Angela en el salón auditorium de la dirección de Minas y Geología de Chubut. Los trabajos fueron realizados por las empresas Knigh Piésold de Gran Bretaña y Micon de Canadá. También actuaron consultoras argentinas. Las tareas comenzaron en octubre de 1999.
Según el director de minas de Chubut Guillermo Hughes la empresa invirtió 3.500.000 pesos «en estas tareas que no tienen antecedentes en la historia minera del país».
El trabajo consistió en enterrar los residuos en un lugar que funcionaba como depósito, ubicado en cercanías del yacimiento y taparlos con tierra.
También se cerraron los accesos subterráneos con hormigón o rocas de gran tamaño. La mayoría de los ingresos y las chimeneas fueron sellados mediante relleno y se colocaron señales de advertencia.
Pero según el informe del diario Río Negro existía otro presupuesto de 12 millones de pesos que incluía el traslado de los residuos a Chile para ser procesados y depositados en aquel país. «Queremos saber por qué no se realizó el traslado y si los elementos enterrados podrán traer perjuicios futuros», dijo el diputado Cisterna durante la sesión. El pedido de informes fue aprobado por unanimidad.
En Río Negro el diputado justicialista José Luis Zgaib solicitó al Defensor del Pueblo Juan Kugler y al Departamento Provincial de Aguas un análisis profundo sobre el impacto ambiental que pudiera causar el cierre de la mina y el confinamiento de los residuos.
Un primer informe elaborado por la Dirección de Aguas constató la presencia de mercurio, cobre, plomo, zinc y arsénico en los cauces de los arroyos Clara Natividad, Zárate, Caliente Grande, Pilcaniyeu y Maquinchao. Y aclara: «Las concentraciones de metales se encuentran muy por debajo de los límites tanto para el consumo humano como para el ganado».
Los legisladores de Chubut dijeron que temen por el paso del tiempo. «No acusamos a nadie, sólo queremos saber qué puede pasar en el futuro. Y si las cosas se hicieron bien», expresó Víctor Cisterna.