El candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro debió dejar el acto de campaña en la ciudad de Juiz de Fora en Minas Gerais luego de ser atacado por una persona que le dio una cuchillada en el abdomen. El postulante, que tiene 22% de aprobación y lidera las encuestas cuando no figura Lula da Silva como presidenciable, salió en andas llevado por su entorno, en medio de una multitud. Se tapó el tórax con una especie de camiseta o trapo, pero no se veían gotas de sangre.
«Él ya está bien, tiene seis puntos en el abdomen. La intención era matarlo, la cuchillada iba directo al corazón, pero él se dio cuenta un segundo antes, se movió y así se salvó», afirmó Flavio Bolsonaro, diputado e hijo del candidato, al canal de TV «Globo News».
El hijo también señaló que este jueves por la noche sería dado de alta en el Hospital de la Misericordia, de Juiz de Fora.
En declaraciones hechas hace minutos, Flavio Bolsonaro, explicó que el ataque a su padre «fue más grave de lo que esperábamos». «La perforación alcanzó parte del hígado, del pulmón y parte del intestino. Perdió mucha sangre», detalló, antes de precisar que «su estado ahora parece estabilizado».
Poco antes Flavio había tuiteado que la herida no era de consideración. “Gracias a Dios fue apenas superficial. Está Ok”, dijo.
El hecho sin embargo produjo conmoción y el derechista aspirante a dirigir el país consiguió una cobertura espectacular que supera con creces la de su adversario Geraldo Alckmin, que posee cinco minutos de TV gratuita para su publicidad.
La ciudad de Juiz de Fora, donde ocurrió el incidente, queda a unos 200 kilómetros al norte de Río de Janeiro.
Por detrás suyo están la ambientalista Marina Silva y Ciro Gomes, de la izquierda.
Desde distintos sectores políticos de Brasil salieron a repudiar el ataque. El presidente Michel Temer calificó el ataque como «intolerable». Ciro Gomes, en tanto, lo consideró «una barbarie». La ex mandataria Dilma Rousseff sostuvo: «Me parece lamentable. No podemos alentar el odio. Quienquiera que haya hecho esto no puede quedar impune. Esto no puede suceder en un país democrático».
Clarín