La empresa Aerolíneas Argentinas despidió a seis empleados luego de descubrir una maniobra ilícita que llevaban a cabo y que consistía en falsificar su ingreso durante varios días a la semana por medio de un dispositivo de dedos de silicona con el que registraban su asistencia al lugar de trabajo, publicó Infobae.
«En la semana solo uno de ellos iba a trabajar, el resto no. En cambio los fines de semana, cuando se pagan horas extras, iban a trabajar todos», resumieron a ese medio desde la compañía.
Los desvinculados, entre ellos un delegado gremial, cumplían funciones en los talleres de mantenimiento. Todos trabajaban en el turno mañana y su horario de entrada era a las 6.
Tanto para el personal de taller como para el de administración el ingreso a las instalaciones es el mismo: asentar en el sistema el número de legajo -de cinco cifras- e identificar la presencia mediante las huellas dactilares.
De acuerdo con Infobae, se turnaban para que solo uno de los seis acudiera al trabajo, por lo que llevaba artefactos de silicona de color blanco, que tenían impresos las huellas de los otros cinco y con los que burlaban el control de acceso biométrico.
Para concretar el hecho sin ser descubierto por otros empleados, iban más temprano de lo que les correspondían. Entraban entre las 4 y las 5 y así evitaban cruzarse con el resto del personal en el cambio de turno.
Esta modalidad la seguían de lunes a viernes. Los sábados y domingos, por el contrario, todos concurrían al trabajo, ya que en estos días cada hora laboral se abona como extra.
Tras una investigación interna de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, el hecho quedó en evidencia en las filmaciones de las cámaras de seguridad.
«Los despidieron con causa, ya no pueden entrar a la empresa», confirmaron fuentes de Aerolíneas Argentinas al sitio noticioso, pero señalaron que no se pudieron secuestrar los dispositivos.
Desde la aerolínea indicaron además que a principios de este año se produjo un caso similar en el que fueron desvinculadas una decena de personas que eran beneficiarias de un adicional salarial que luego era borrado del sistema de pagos.
En este caso, los empleados que cobraban ese plus le devolvían parte del dinero en efectivo a quien encabezaba la maniobra.