Presentó su autobiografía. Tras la denuncia contra Darthés, le decían: “¿Por qué hacés esto si sos hermosa?”. Impulsa un proyecto de ley.
«¿Por qué este libro? Porque las palabras y hablar es la manera. Porque tenemos mucho para decir pero no todos los espacios están construidos. Porque el feminismo llegó lejos pero en verdad, recién estamos empezando», dijo Thelma Fardin con voz clara en medio de la sala donde presentó su autobiografía El arte de no callar. Quienes estaban allí –adolescentes, personas adultas y también, niños– estallaron en aplausos. Y Fardin se emocionó. El evento tuvo varios momentos emotivos pero también se transformó en una instancia de denuncia política. De hecho, la actriz anunció que junto a otras organizaciones, acaban de presentar un proyecto de ley para que los delitos de abuso sexual sean imprescriptibles, algo que no sucede en la actualidad.
Fardin estuvo acompañada por las periodistas Ingrid Beck y Luciana Peker, por el filósofo Darío Sztajnszrajber y por Paula Watcher, directora de la Red por la Infancia e impulsora junto a Fardin de la nueva ley. El año pasado, la Red logró la reforma del Código Penal para que el abuso sexual en menores de 18 años deje de ser un delito de acción privada y pase a ser de acción pública.
Ellos, junto a la psicóloga Margarita Müller, acompañaron a Fardin en la escritura de un texto que resolvieron en un par de meses, según contó Paula Pérez Alonso, editora de Planeta. A lo largo de 300 páginas y diez capítulos, Thelma se reinventa a sí misma. De hecho, el epígrafe del libro es de la activista afroamericana Audre Lorde y dice: «No seré feliz mientras haya otra mujer que no lo sea, aunque sus cadenas sean muy diferentes de las mías».
Beck sostuvo que la denuncia hecha por Thelma es un hito en la historia del feminismo en los últimos años, tanto como el Ni Una Menossurgido en 2015 y la marea verde, donde millones de mujeres de todo el país reclaman la legalización del aborto. «Denunciar públicamente es un acto político», aseguró.
El filósofo Sztajnszrajber se refirió a su amistad con Fardin desde hace diez años y el modo en que ella le contó el verano pasado lo que había padecido y su decisión de hacerlo público. «Sabía que no sería fácil pero la entereza de mi amiga es conmovedora», contó. Además, observó el modo en que las mujeres inscriben sus luchas en el cuerpo. Y reveló que a Thelma le preguntaron en varias oportunidades»¿por qué hacés esto si sos hermosa?» como si la denuncia fuera un acto de revancha. «No: los testimonios construyen memoria. Y son necesarios para que las cosas más escabrosas de nuestra vida social no se repitan», refutó.
Watcher brindó números escalofriantes: de cada 1.000 abusos sexuales, solo 100 son denunciados. De esos 100, solo uno llega a sentencia. Luego de que en diciembre Thelma rompiera el silencio, aumentaron 1.200 por ciento las denuncias recibidas por la Red. Peker contó cómo empezó a dialogar con Fardin cuando la actriz se acercó a consultarla. «El abuso opaca. El arte de no callar es el arte para que Thelma y todas puedan resplandecer», destacó.
Fardin aclaró que ni ella ni nadie tiene recetas para saber qué hacer en términos subjetivos luego de hablar. Y que por eso es tan importante que la justicia proteja a las víctimas. «La palabra sigue siendo la manera de transformar lo individual en lucha colectiva», finalizó.
Fuente: Clarín