El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Hawaii confirmó en un comunicado que al menos tres turistas en la isla fueron diagnosticados con angiostrongiliasis, desde el mes de diciembre de 2018.
La afección es causada por el nematodo o gusano Angiostrongylus cantonensis, que tiene la capacidad de parasitar el cerebro y otras partes del sistema nervioso humano.
La persona contrae la enfermedad principalmente cuando ingiere caracoles y moluscos que ya han sido infectados por el parásito Angiostrongylus cantonensis.
Según el reporte publicado por el Departamento de Salud del estado de Hawaii, uno de los enfermos viajó a la isla en diciembre de 2018, y se infectó al consumir un caracol. Ese año, concretó el organismo, un total de 10 personas sufrieron la afección.
Los otros dos turistas visitaron el destino paradisíaco en enero y febrero de 2019, y se cree que contrajeron la enfermedad por comer frutas sin lavar, verduras crudas o ensaladas caseras. Todos ellos tenían nacionalidad estadounidense.
Estos dos casos elevan a cinco el número total de personas infectadas en lo que va de año. En 2017, se registraron 17 diagnósticos por angiostrongiliasis, mientras que en toda la década anterior únicamente se reportaron dos pacientes con esta infección.
Esto implica que la población del gusano se ha extendido en la isla. Los especialistas creen que esta expansión podría deberse a la aparición de una nueva especie de caracol extremadamente vulnerable a la infección del parásito.
Entre los principales síntomas de la enfermedad se encuentra el dolor de cabeza, vómitos, fiebre y rigidez en el cuello. En ocasiones, el gusano invade el cerebro y puede provocar problemas neurológicos a la persona enferma, como parálisis, coma, daños en el sistema nervioso o la muerte.
La enfermedad no tiene tratamiento. El parásito ataca en primer lugar a las ratas, por lo que se considera que estos animales son los hospedadores primarios. El gusano pone sus huevos en los pulmones del roedor, y cuando las larvas nacen se dirigen a la laringe y entran en el sistema digestivo. Al ser expulsadas en las heces, los caracoles y las babosas (hospedadores intermedios) las ingieren, infectándose.
Los centros de control de enfermedades de EEUU han observado una extensión del parásito no sólo en la isla del Pacífico, sino también en nuevas áreas del Caribe, África y EEUU. Por ello, han emitido una serie de recomendaciones.
Las instituciones pidieron lavar todas las frutas y verduras antes de consumirlas -para asegurarse de retirar los pequeños caracoles que puedan encontrarse en la planta-; almacenar la comida en despensas cerradas y controlar las poblaciones de moluscos y ratas.