Es capataz de la empresa Coarco, que hace el mantenimiento del tramo que une Villa La Angostura y Bariloche. Resolvió cortar el tránsito minutos antes de que ocurriera el alud a pesar de la bronca de varios automovilistas y turistas, que querían pasar.
Observó que algo extraño salía de la grieta y eso lo inquietó. Alejandro López recorre desde hace 21 años el tramo de la Ruta Nacional 40, que une Bariloche y Villa La Angostura. Conoce ese trayecto como la palma de su mano.
Dijo que es frecuente que ocurran desprendimientos naturales de piedras, sobre todo, en esta época del año. Pero esto era diferente.
Advirtió, junto con un inspector de Vialidad Nacional que lo acompañaba en la recorrida, que se había formado una hendidura demasiado profunda en la enorme formación rocosa, que se levanta como un paredón natural al costado de la ruta. Intuyó lo peor.
A los gritos ordenó que cortaran el tránsito a ambos lados de la ruta. Sus compañeros de la empresa Coarco, que retiraban las piedras que habían caído sobre la banquina, suspendieron esa tarea. Y bloquearon rápidamente el paso de los vehículos, que esperaban en fila, para seguir viaje en dirección a Bariloche.
López subió a una camioneta y la cruzó intempestivamente sobre la ruta, del otro lado.
Los conductores de varios autos que esperaban que se habilitara la circulación no lo podían creer. Varios estaban furiosos. Algunos bajaron para insultarlo y otros hasta desafiaban con avanzar. López no cedió. Veintiún años sobre las rutas de la región formaron parte de su carácter.
Minutos después, un fuerte estruendo paralizó las pulsaciones. Una enorme masa de piedras se desbarrancó hacia el suelo ante la mirada atónita de turistas y personal de Coarco. A las 15.03, la tierra tembló a la altura del kilómetro 2094 de la Ruta Nacional 40.
“Fue impresionante, se movió todo”, afirmó ayer jueves Alejandro. “Tomé la decisión que me pareció correcta”, explicó a “Río Negro”.
Fue una decisión que evitó lo que pudo haber sido una tragedia si los vehículos avanzaban sobre el punto donde ocurrió el imponente derrumbe.
“Cuando cortamos la ruta, la gente quería avanzar a toda costa”, contó. “A los gritos les pedía a los que habían quedado del otro lado que buscaran un lugar seguro para protegerse. Subí a la camioneta y la atravesé sobre la ruta para que no pasaran”, contó. “La gente estaba loca. Querían pasar sí o sí”, señaló.
“Unos turistas chilenos bajaron de un colectivo furiosos para que los dejara pasar porque pobres llevaban como cuatro o cinco días esperando en Bariloche para cruzar a Chile”, recordó.
“Nosotros hacemos seguridad en la ruta y había que cortar. Después si me querían trompear, bueno, pero pasar no iban a pasar”.
Para acceder y salir de Villa La Angostura, Vialidad Nacional logró habilitar la Ruta de 7 Lagos. No fue fácil. Personal de Vialidad Nacional trabajó día y noche, con maquinaria vial, para despejar esa vía que tenía mucha nieve acumulada y además hielo.
Todavía no hay precisión de cuánto tiempo tardará volver a habilitar el tramo de la Ruta Nacional 40, que comunica Villa La Angostura y Bariloche.
Para López y el personal a su cargo, la temporada invernal recién comienza.