La lactancia protege contra varias enfermedades. También tiene beneficios para el sistema inmunológico y la salud a largo plazo.
En innumerables ocasiones ConBienestar dio cuenta de los extraordinarias ventajas de la leche materna. La lactancia brinda todos los elementos que necesita el bebé para un crecimiento y desarrollo saludable. Más allá de la importancia del contacto con el bebé, los nutrientes son el mejor y más completo alimento que puede recibir.
Especialistas del Área de Alimentación del Hospital Garrahan recuerdan que es fundamental estimular el inicio de la lactancia desde la primera hora de posparto, así como alimentar al bebé con leche materna de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
Las saludables consecuencias de este acto no se limitan a tener bebés sanos. Una investigación del departamento de Microbiología de la Universitat de València sostiene que además tiene potencial como “antirotavirus”.
Se trata de un virus muy contagioso que causa diarrea. Es la causa más frecuente de este problema en bebés y chicos en todo el mundo, lo que tiene como resultado más de 215.000 muertes anuales. En algunos casos, la deshidratación grave requiere la internación y la administración de líquidos intravenosos en un hospital.
Según detectaron los científicos españoles, algunos azúcares presentes de forma natural en la leche materna “son idénticos a los receptores del virus, lo que activaría las defensas de los pequeños”.
El estudio pone en evidencia, aseguran, la relevancia de la lactancia materna como protectora frente a la infección, al describir una molécula que se podría producir y añadir a leches maternizadas para «proteger a los bebés que no pueden ser alimentados mediante la lactancia materna», destacó Jesús Rodríguez, miembro del equipo de investigación.