Choferes y cobradores que se oponen a la reducción de la flota de ómnibus determinada por la Alcaldía dejaron de trabajar hoy, luego de realizar un paro relámpago en la tarde de ayer.
La protesta es parcial, hay zonas donde la circulación es fluida, pero largas filas de pasajeros se observaban esta mañana en la mayoría de las 30 terminales de la ciudad de 10 millones de habitantes que cada día recibe, además, millones de personas de su área metropolitana.
Entre tres y cuatro millones de personas se vieron afectadas y para disminuir el impacto la red de Metro aumentó su frecuencia de viajes mientras fue suspendida la restricción a la circulación de automóviles particulares, citaron medios locales y la agencia de noticias ANSA.
El alcalde local, Bruno Covas, interpuso una acción cautelar ante la Justicia que obligó al sindicato a garantizar la circulación del 70 por ciento de las unidades en las horas pico.
Decenas de colectivos fueron estacionados en señal de protesta frente al Palacio Municipal en el Viaduto do Cha, ubicado en el centro paulista, así lo reseña Diario Jornada.