Miles de personas desafiaban este domingo, de diversas formas y por segunda noche consecutiva, el toque de queda impuesto por el gobierno de Chile en varias ciudades con el objeto no alcanzado de restablecer el orden tras varios días de protestas que dejaron al menos ocho muertos, más de 200 heridos y cuantiosos daños materiales.
Más de media hora después de la entrada en vigencia del toque de queda, las calles de las principales ciudades seguían pobladas de manifestantes y también de vecinos que se organizaron para evitar ser víctimas de saqueos, con el fondo de cacerolazos constantes, según podía verse en la transmisión en vivo de TV Chile y reportaban los principales medios de comunicación chilenos.
El nuevo toque de queda, desde las 19 de este domingo y hasta las 6 de mañana, abarcaba el área metropolitana de Santiago y las cercanas regiones Valparaíso, Coquimbo, Bío Bío y O’Higgins, todas ellas en la zona central del país, anunció el jefe militar a cargo de la seguridad durante la vigencia del estado de excepción, general Javier Iturriaga.
En ese contexto, las actividades normales estaban seriamente alteradas y se vislumbraba que así continuarían este lunes.
“No tenemos ninguna posibilidad de operar en forma normal en estos días, hasta contar con la posibilidad de las líneas de metro (subte)”, afirmó a mediodía la ministra de Transportes, Gloria Hutt.