Tras varios días de protestas, ayer Santiago vivió una espiral de violencia que terminó con una noche caótica con incendios, saqueos y enfrentamientos y la posterior declaración del estado de emergencia por el presidente de Chile, Sebastián Piñera. El motivo: un aumento en el precio del subte.
¿Cómo surgió el conflicto?
El anuncio oficial de un aumento del pasaje del metro (subte) de 800 a 830 pesos chilenos (de un dólar a 1,16) en hora pico fue el disparador hace más de diez días de un llamado a protestas estudiantiles. Sin embargo, el incremento de la violencia durante la jornada de ayer, y la participación de otros ciudadanos más allá de los jóvenes, demostraría un descontento mayor en Chile, uno de los países más prósperos de la región pero con fuertes desigualdades.
Tras el alza en el transporte, estudiantes llamaron toda la semana a evadir el pago de los pasajes del transporte, principalmente en las redes sociales, bajo el hashtag #EvasionMasivaTodoElDia. Las protestas empezaron el lunes con centenares de jóvenes que irrumpieron en diversas estaciones saltando o metiéndose por debajo de los molinetes. El jueves por la tarde aumentaron las acciones violentas, con destrozos de vidrios, hasta el estallido final de ayer.
El Metro de Santiago es uno una de las redes de subterráneos más modernas de América Latina, con 140 kilómetros de extensión y 136 estaciones. Transporta cada día a cerca de tres millones de pasajeros. Sustentado en el alza en el precio del petróleo, el dólar y la modernización del sistema, el valor del pasaje en hora pico sufrió un aumento del 4%. El incremento no afectó los pasajes para estudiantes y la tercera edad, pero se suma, sin embargo, a la suba general de 20 pesos en las tarifas decretada en enero pasado.
Chile carece de combustibles fósiles y debe importar todo el petróleo y gas natural que necesita para funcionar, lo que se traduce en pasajes del transporte público caros, elevados precios de naftas, diésel y energía eléctrica, entre otros.
¿Qué pasó anoche?
Ayer las protestas y las «evasiones masivas» continuaron desde la mañana, pero con el correr de las horas, las manifestaciones se pusieron cada vez más violentas. A los estudiantes, se sumaron otros manifestantes y comenzaron prender fuego varias estaciones del subterráneo, saquear locales, colocar barricadas encendidas y atacar vehículos policiales. El Metro canceló todas sus operaciones, por lo que miles de pasajeros sufrieron dificultades para volver a sus casas.
Por la noche, quemaron colectivos y el edificio de la compañía eléctrica ENEL -cuestionada por el alza en las tarifas de electricidad y una fallida política de actualización de medidores- y una sucursal del Banco Chile, ambos en el centro, también resultaron incendiados.
En la céntrica Plaza Italia y frente al palacio de Gobierno, encapuchados se enfrentaron con piedras y palos a los efectivos de las fuerzas especiales, que repelieron los ataques con chorros de agua y gas, en una verdadera batalla campal no vista desde hace tiempo en la capital chilena. Ante esta situación de caos, muchos vecinos se sumaron con «cacerolazos» a la protesta.
La Policía informó de al menos 180 detenidos y 57 policías heridos.
La intendenta de Santiago, Karla Rubilar, consideró que fue » un ataque nunca antes visto a la ciudad». «El balance que tenemos hasta ahora es una destrucción masiva de la red de Metro (…) Esto es muy doloroso», agregó. El presidente del directorio de Metro, Louis De Grange, indicó que los manifestantes ocasionaron daños en el subterráneo por entre 558.000 y 698.000 dólares.
¿Cómo reaccionó Sebastián Piñera?
Cerca de la medianoche, Piñera declaró el «estado de emergencia» en Santiago y designó al general de División Javier Iturriaga del Campo como jefe de la defensa nacional para asegurar su cumplimiento.
«El objetivo de este estado de emergencia es muy simple pero muy profundo: asegurar el orden público y la tranquilidad de los habitantes de Santiago», dijo, y agregó que busca así garantizar «la seguridad de los habitantes, proteger los bienes y derechos de cada uno de los compatriotas que se han visto complicados por la acción de verdaderos delincuentes».
El mandatario hizo el anuncio pasada la medianoche luego de regresar al palacio de gobierno y reunirse con varios de sus ministros.
¿Qué es el estado de emergencia?
El estado de emergencia es decretado rige inicialmente por 15 días, aunque el mandatario puede prorrogarlo, y restringe la libertad de locomoción y reunión. La medida afecta a Santiago, Chacabuco, Puente Alto y San Bernardo, en la Región Metropolitana, que quedaron bajo dependencia del jefe de la Defensa Nacional.
Según el artículo 42 de la Constitución de Chile, se puede declarar «en caso de grave alteración del orden público o de grave daño para la seguridad de la Nación, determinando las zonas afectadas por dichas circunstancias». Asimismo, señala que una vez declarado el estado de emergencia, «las zonas respectivas quedarán bajo la dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el Presidente, en este caso, el general Iturriaga.
El militar precisó que patrullas militares saldrían a los lugares más conflictivos de la ciudad -de siete millones de habitantes- pero que inicialmente no decretaría el toque de queda. «Nosotros no vamos a restringir ninguna libertad personal por ahora», afirmó.
Por el estado de emergencia, a partir de esta madrugada cientos de tropas del Ejército de Chile comenzaron a tomar el control de las calles de Santiago, con el objetivo de restablecer el orden tras los hechos de violencia de anoche.
En base a esa normativa, la Asociación Nacional de Fútbol suspendió la fecha de este fin de semana.
En el 2010, el gobierno decretó estado de emergencia en algunas áreas del sur país tras un fuerte terremoto que generó pánico en la población y saqueos por temor al desabastecimiento.