Inglaterra, que viene de eliminar a los All Blacks, es favorita ante Sudáfrica, campeón en 1195 y 2007.
Habrá sólo un ganador en el Yokohama Stadium cuando terminen los 80 minutos (o el alargue) entre Inglaterra y Sudáfrica . Sólo uno levantará el trofeo William Webb Ellis del Mundial de rugby y coronará con el título del mundo cuatro años de trabajo y casi un mes y medio de no sacar la cabeza de este objetivo.
Sin embargo, pase lo que pase, la escuela de la disciplina táctica, el orden, las formaciones fijas, el control de las situaciones, la defensa aguerrida y la construcción ofensiva a partir de ella, habrán triunfado.
No faltará historiaen el partido decisivo. Se enfrentan dos de los únicos cuatro privilegiados que saben cuánto pesa el trofeo. Con la curiosidad de que Inglaterra jugó más finales (3 contra 2) pero con la ¿ventaja? para Sudáfrica de jamás haber perdido el partido por el título(2 a 1 en Copas para los Springboks).
Es la primera vez en doce años -y la segunda en la historia- que Nueva Zelanda o Australia no son finalistas. La única ocasión en la que sucedió, los responsables fueron precisamente ingleses y sudafricanos. En aquella ocasión, ganaron los del hemisferio Sur 15 a 6 y no hubo tries.
¿Es de esperarse un duelo similar a aquel, de paridad y bajo score? Es probable: en las finales todos se cuidan más y las últimas dos antes del “excesivo” 34-17 de los All Blacks a los Wallabies en 2015 habían terminado apenas tocando los 20 puntos en total.
En las casas de apuestas que permiten jugar desde Argentina, el equipo de la Rosa es claramente favorito: paga 1,50por cada peso invertido, contra 3por cada uno que se pone en favor de los Boks.
No sólo el invictocon que llega a esta instancia y los rivalesa los que fue dejando en el camino lo convierten enla aparente banca para esta finalísima. También hay una trayectoriarecorrida por este grupo que se diferencia del sudafricano.
Eddie Jones se hizo cargo de Inglaterra casi inmediatamente después del fracaso del equipo en su propio Mundial, cuando fue anfitrión y no pasó ni la primera rueda. El entrenador australiano acomodó las piezas y ensambló un conjunto que conoce su libreto a la perfección.
Así ganó dos Seis Naciones al hilo y llegó a este Mundial casi en su mejor momento.“Fue el desempeño más completo de Inglaterrapor mucho tiempo, sino el mejor de la historia”, dijo Lawrence Dallaglio, ex capitán inglés, sobre la actuación del equipo en la semi contra los All Blacks.
Sudáfrica es un caso bastante disímil: hace dos años sufrió la derrota más catastrófica de su riquísima historia, una paliza 57-0en la que Nueva Zelanda lo trató como si fuera un seleccionado menor.
Poco después, Irlanda también el faltó el respetosin tapujos al vencerlo 38-3. En ese 2017 perdió 8 de 12 partidos, incluido uno con la siempre relegada Italia.
Con la mitad del camino al Mundial ya transitado, la Federación Sudafricana apeló a Rassie Erasmus y le dio poderes ejecutivos y legislativos: lo nombró director de rugby y entrenador.
“Llegó con la idea de apoyarse en las fuerzas sudafricanas, puso a todo el mundo al mismo nivel, hizo que cada uno se metiera en su papel y jugara a lo Sudáfrica”, explica Matt Proudfoot, asistente que se dedica específicamente a trabajar con el pack de forwards. “Es un equipo que tiene su identidad”, agrega.
Con plenas facultades, Erasmus -que anunció que «probablemente» la final sea su último partido- le dio la capitanía a un hombre negro–Siya Kolisi-, algo inédito en la historia sudafricana, retomó las convocatorias de jugadores del exterior y fue enfático con sus dirigidos a la hora de plantearles la necesidad de ser serios en el uso de las redes sociales.
Luego de Gales y Nueva Zelanda, dos grandes equipos que dirimirán el tercer puesto aunque podrían haber llegado más lejos, será turno de las luces principales. Sudáfrica o Inglaterra. Sólo hay lugar para uno, informó El Clarín.