Se trata del hombre que golpeó salvajemente a su hermano en el barrio Evita, el pasado domingo. Tras más de tres días detenido, recuperó su libertad ayer al mediodía. En tanto, el agredido perdió definitivamente la visión de un ojo, y continúa internado en el Hospital Regional.
Se trata del caso de violencia familiar del último domingo, que dejó como saldo a un hombre (32) a disposición de la Justicia y a su hermano (35) en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional Río Gallegos.
La pelea entre ambos se suscitó pasadas las 21:00 horas, en circunstancias en las que estaban compartiendo bebidas alcohólicas juntos en el interior de su casa, ubicada en calle Gabriela Mistral, barrio Evita. Tras una discusión, se trenzaron a golpes y todo terminó de la peor manera.
La Opinión Austral supo que el hombre que se encontraba detenido tras el incidente ya ha prestado declaración ante el juez que instruye la causa y ayer al mediodía se dispuso que recuperara su libertad, mientras que el joven golpeado sigue hospitalizado. El agredido perdió definitivamente la visión de uno de sus ojos. Se presume que por el ataque con un objeto contundente, como un palo o un martillo.
Es de recordar que fue la madre de los hombres la que llamó a la Policía, al ver cómo uno de ellos tomaba un palo para agredir a su hermano y lo dejaba desvanecido, para luego continuar golpeándolo en el suelo. El Comando Radioeléctrico y la Comisaría Sexta intervinieron en el hecho, procediendo a la detención del agresor y a requerir un móvil sanitario para trasladar al hospital al muchacho que quedó gravemente herido en el suelo.
Al tratarse de un hecho de índole familiar, la causa se derivó a la Comisaría de la Mujer y Familia. En el lugar del hecho se secuestró el palo con el que el hombre, que hoy ya está libre, golpeó salvajemente a su hermano en el suelo.
No es la primera vez que ambos hermanos se ven involucrados en una situación de violencia de estas características. Ya en el mes de mayo se golpearon en la vía pública y la Policía debió intervenir para que la situación no pasara a mayores.