Las nuevas indagatorias a los ocho rugbiers acusados de ser coautores en el crimen de Fernando Báez Sosa (19) se demoraron cuatro horas en comenzar, luego de que su abogado Hugo Tomei exigiera la presencia del juez de Garantías de la causa, informaron fuentes judiciales.
Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, ambos acusados como coautores del homicidio de Fernando Báez Sosa, fueron los primeros en ser convocados a la indagatoria, que se demoró porque su abogado exigió la presencia del juez de Garantías de la causa.
Ante la fiscal Verónica Zamboni y el juez David Mancinelli, declararon: «No sabemos por qué estamos acá. Somos inocentes. Con esta fiscal no vamos a declarar».
Así, continúan sin romper el pacto de silencio por el que ninguno de los rugbiers imputados por el crimen ha dado alguna declaración trascendente al respecto.
El objetivo de la ampliación de las indagatorias de hoy es exponer los elementos por los que la fiscal decidió modificar su imputación, en la que considera que los ocho detenidos son coautores del homicidio, pese a que inicialmente, solo Máximo Thomsen (20) y Ciro Pertossi (19) figuraban con esa calificación.
Para Zamboni, existen pruebas para incluir bajo la coautoría del «homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» a Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Lucas Pertossi (20), Enzo Comelli (19) y Blas Cinalli (18).
Los únicos que seguirán acusados como «partícipes necesarios» serán Alejo Milanesi (19) y Juan Pedro Guarino (19), quienes recuperaron la libertad el pasado lunes 10 de febrero, y está previsto que sean indagados el jueves.
Además, los diez amigos serán imputados en el mismo grado por el delito de «lesiones leves», por los golpes sufridos por cinco amigos de Fernando, que intentaron ayudarlo durante el ataque frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell.
En la nueva formulación del hecho, la fiscal escribió que los ocho “acordaron darle muerte a la víctima Fernando Báez Sosa, distribuyendo funcionalmente el rol de cada uno” y que “aprovechando que estaba de espaldas e indefenso y actuando sobre seguro en virtud de la superioridad numérica y física existente”, comenzaron a golpearlo y patearlo hasta darle muerte.