Al menos 10% de la producción global de petróleo pasará a ser antieconómica si los precios del crudo se mantienen en sus niveles más bajos de los últimos 17 años, lo que lleva a las compañías energéticas a disminuir la extracción o “cerrar” proyectos mientras luchan por sobrevivir.
Si el crudo Brent se mantiene cerca de los u$s 25 el barril, los ingresos provenientes de los 10 millones de barriles diarios del suministro mundial no cubrirán el costo de producción y los pagos a los gobiernos, según un informe de la consultora WoodMackenzie.
“Si los precios no repuntan, inevitablemente las canillas se cerrarán”, aseguran los analistas del grupo. “Se va a poner a prueba la capacidad de la industria de mantener el flujo de barriles de alto costo”, agregaron.
Los precios del petróleo pueden variar radicalmente incluso con pequeños cambios en la oferta y la demanda. El abastecimiento mundial se mantuvo en 100 millones b/d en febrero, según la Agencia Internacional de Energía.
El crudo Brent, que el miércoles cayó a su nivel más bajo desde 2003 -colocándose 50% abajo con respecto a diez días atrás- repuntó levemente a u$s 27 el viernes.
La producción de petróleo más pesado en Venezuela y México, que requiere precios de crudo por encima de u$s 55 dólares el barril, es la más vulnerable –según publica El Cronista-.
Los proyectos de arenas bituminosas canadienses necesitan el barril a u$s 45. Mientras tanto, en Arabia Saudita y Rusia con el crudo a u$s 10 el barril o menos, se puede producir sin perder dinero.
Sin embargo, incluso estos países que producen petróleo a muy bajo costo dependen de los ingresos provenientes de su venta para llenar las arcas del gobierno y equilibrar sus presupuestos.
Después de que los precios del petróleo se derrumbaron en 2014, la producción siguió mayormente fluyendo porque el cierre de las canillas genera costos adicionales y pérdidas de productividad en los reservorios.
“Los operadores suelen probar primero todas las demás alternativas posibles”, señalan en WoodMackenzie. “Pero, el actual triplete de exceso de oferta, evaporación de la demanda y gigantes mundiales que luchan por una mayor participación del mercado podría requerir una acción inmediata y radical”.
“Quicas sean considerables los topes de producción que se implementen”, agregaron.
Además de reducir la actividad, las empresas también tratarán de ser más eficientes produciendo todo lo que puedan con niveles bajos de inversión. También es probable que posterguen la aprobación de proyectos nuevos.
La italiana Eni, la británica BP, la noruega Equinor y Chevron y ExxonMobil han advertido que habrá fuertes recortes de inversión.
Los operadores de shale en EE.UU. probablemente sean los más afectados debido a la naturaleza más corta de sus ciclos de producción y a sus presupuestos más flexibles en comparación con otros tipos de proyectos convencionales, señaló El Comodorense.