El próximo jueves 16 podría haber sesión en la Legislatura. En caso de concretarse, el gobernador Arcioni deberá reunir 14 votos para conseguir un desahogo en su desgastada gestión. Con este marco, resulta secundario en este momento completar el gabinete o impulsar a fondo el proyecto de tope salarial.
El escándalo originado alrededor del alejamiento de María Cecilia Torres Otarola tuvo al menos cierta utilidad para el gobernador. Le permitió a Mariano Arcioni correr de los primeros planos -al menos por unos días- los temas pendientes de su gestión que requieren soluciones urgentes.
En esa lista de cuestiones pendientes figuran la designación de los reemplazantes de Torres Otarola y de Andrés Meiszner; y la regularización del pago de haberes en la administración pública.
El primer punto no parece de sencilla resolución, aunque debería tenerlo resuelto para mañana lunes. Depende directamente del gobernador, aunque todo indica que delegó la gestión en su principal consejero político: Fortunato Rafael Cambareri.
El veterano dirigente radical es el encargado de convencer al actual titular de Petrominera, Javier Touriñan. El objetivo es que el ex diputado provincial acepte ser el nuevo secretario general o ministro Coordinador de Gabinete. Ese puesto, clave para articular política y negociaciones, le quemó los dedos a Arcioni desde que asumió la Gobernación hace dos años y ocho meses.
Por allí pasaron Jerónimo García -duró apenas unos días y fue despedido sumariamente por Arcioni- y Sergio Mammarelli -quien dio por perdida la batalla de ajustar el empleo público antes de las elecciones de 2019 y decidió no regresar más de su bucólica estancia puntana-.
Luego llegaron Marcial Paz -sin mayores logros ni visibilidad-; Federico Massoni- que hizo ruido, pero cuando quiso romper nueces deteniendo gremialistas fue persuadido de alejarse del gobierno-; Carlos Relly -que luego de mostrarse como un convencido prominero optó por dedicarse a practicar tiro al blanco- y finalmente Andrés Meiszner. Este último parecía destinado a durar porque creía contar con el respaldo político que sus aptitudes merecían, pero terminó comiendo del fruto envenenado que le sirvió Arcioni cuando le ordenó que se encargue de despedir a la descontrolada e investigada Torres Otarola.
El autopostulado Ariel Molina no parece contar con las cualidades que el cargo requiere, más allá de su entusiasmo y voluntarismo. Arcioni lo sabe perfectamente, y -aunque rescató al ex macrista de un cuadro complicado en su pueblo- es muy difícil que se atreva a designarlo.
Molina, que huyó a todo correr de Corcovado, aparece desgastado desde el arranque, por lo que su gestión se parecería más a la de Paz o Relly que a la de Mammarelli o Meiszner, que al menos intentaron remontar vuelo.
Es la economía, señores
El tema más acuciante para el gobernador es poder contar con la ley que le posibilite reestructurar la deuda externa de Chubut. De ello depende la regularización de haberes en la administración pública. El tope salarial -si algún día se convierte en ley- solo contribuiría a paliar la situación.
Hasta este fin de semana no resulta claro si el jueves 16 finalmente habrá sesión. Si los diputados se sientan en sus bancas -algo que depende de ellos y de los empleados legislativos-, el Ejecutivo necesitará 14 votos para tener su ley. Chubut al Frente solo tiene la mitad, luego de la ruptura de los 9 «miserables» que conduce la madrynense Xenia Gabella.
Si se descarta el apoyo de los 8 diputados del Frente de Todos y de los 3 de Juntos por el Cambio -dos de los cuales han negociado frenéticamente su posible apoyo- es más que probable que ex aliados de Arcioni hagan valer su eventual respaldo. Así lo ha dado a entender el intendente de Trelew, Adrián Maderna, quien cuenta con tres legisladores en ese bloque de 9 que completan tres sastristas; la mercantil Gabriela de Lucía y las «libre pensadoras» Zulema Anden y Rossana Artero.
Es una negociación complicada, sobre todo tras el alejamiento de Meiszner, quien tenía encarrilada la negociación. De esa ley depende mucho del futuro de un gobierno que asumió hace solo siete meses.
Fuente: El extremo Sur