Magalí Stoyanoff -docente, referente sindical de ATECH y miembro de la Multisectorial de Mujeres de Comodoro Rivadavia- integra diversos frentes de lucha por los derechos de los trabajadores, las mujeres y las disidencias.
En diálogo exclusivo con El Extremo Sur, describió la adaptación de los medios de lucha que debieron afrontar en una provincia atravesada por una fuerte crisis social y política, redefiniendo estrategias de visibilización en la escena virtual. Magalí Stoyanoff remarcó la necesidad de mantener en agenda las exigencias de los trabajadores y sostuvo que «el primer protocolo para la vuelta a clases tiene que incluir en primer término el pago en tiempo y forma de los salarios de todo lo adeudado».
«Estoy convencida de que si no hubiésemos hecho todo lo que hicimos en los años anteriores estaríamos realmente mucho peor, claro que en estas condiciones manifestarse públicamente es difícil», destacó Magalí Stoyanoff. «Lo grave es que la situación de la provincia y los objetivos que este proyecto político intenta llevar adelante nos competen a todos; no solo a los trabajadores estatales».
Magalí Stoyanoff describe cómo se revitalizó la lucha por los derechos de las mujeres, en medio de un contexto que «obligó a pensarnos accionando». Junto a sus compañeras, llevan a cabo un proyecto de voluntariado para acompañar a quienes transitan procesos de reparación de violencia de género, bajo la demanda constante de que el Estado tome responsabilidades y garantice la eficacia de los protocolos existentes. «Lo colectivo y la necesidad de pensar junto a otras y otros es lo que más afectado se ha visto en ese tiempo», aseguró, Magalí Stoyanoff.
¿Qué medidas de lucha logran seguir activando desde el sector docente en este contexto de crisis?
Justamente el jueves llevamos a cabo una actividad pública en este contexto provincial agravado por la situación de la pandemia. Continuamos manifestándonos públicamente, aunque realizar acciones tiene su grado de complejidad. Los docentes atravesamos una situación difícil en la que pesan muchas cosas, especialmente después de tres años de atravesar la misma situación. Estamos sosteniendo los puntos de reclamo que tienen que ver con todo lo que es el desfinanciamiento de la educación, de todas las áreas públicas del Estado; y en particular lo relativo a los salarios, a la inmensa cantidad de compañeros estatales a quienes se les deben los sueldos de mayo y junio además del aguinaldo; que apenas ha cobrado el segundo rango.
¿Cómo se manifiestan respecto del proyecto de reestructuración de la deuda?
Lo que nos propusimos es hacer conocer todos los argumentos que tenemos y seguir sosteniendo ese reclamo de modo público junto a otras organizaciones y organismos. Adherimos a una declaración de constitución de asamblea para que se investigue la deuda pública provincial, así como la deuda privada; que se la audite y se vea que es lo que hay que pagar o no. Sostenemos que es fraudulenta y que en gran medida está regida por leyes extranjeras. Ese es un frente de lucha, buscamos que no se avance con el proyecto de renegociación que tiene el ejecutivo provincial, que en este momento está frenado por la situación de la Legislatura. Buscamos que el reclamo no deje de estar en agenda, que no deje de saber la gente que si bien no somos los que estamos peor sí somos los que estamos en esta situación desde hace muchos años. Todos los trabajadores estatales sufrimos este atraso en nuestros pagos, no hemos tenido paritarias salariales ni recomposición de ningún tipo. Hay estudios nacionales que indican que nuestro sueldo ha quedado muy por debajo de la media. Siempre nos dijeron que nuestro sueldo es de los más altos de todo el país, pero ha quedado demostrado que no es así. La inflación ha estado socavando y comiéndose todo el poder adquisitivo que en algún momento, gracias a la lucha y las conquistas, llegamos a tener. Habló Magalí Stoyanoff.
También organizan acciones solidarias, ¿en qué consisten?
Asistimos con bolsones a compañeros desde el sindicato e intentamos organizar desde allí la solidaridad. No lo hacemos solo con los trabajadores docentes que la están pasando muy mal, sino con todos los otros sectores que lo necesitan. En estas circunstancias suele salir lo mejor del lado solidario de la gente. Hemos hecho colectas para merenderos e intentamos vincular a docentes de distintos lugares; que pese a estar realizando medidas de fuerza se vinculan con sus comunidades para saber cómo están los alumnos y sus familias.
¿Qué alcances tiene la lucha en el marco de la cuarentena? ¿Lo virtual es una ventaja o una desventaja?
Atravesar un tercer año consecutivo en estas condiciones, teniendo que manifestarnos públicamente, hace que sea complejo movilizar. Estoy convencida de que si no hubiésemos hecho todo lo que hicimos en los años anteriores hoy estaríamos realmente mucho peor. En estas condiciones manifestarse públicamente es difícil. Hemos apelado a otras formas, maximizando el uso y las ventajas de otros medios como las redes, difundiendo nuestras iniciativas. No es lo mismo; es una estrategia que permite que esta problemática no deje de estar en agenda.
¿El tema del conflicto estatal ha perdido la atención de la ciudadanía, que tiene el ojo puesto en la pandemia?
El tema de la pandemia vuelve a reorganizar las prioridades de la gente. Hay que recordar que no somos el sector que peor está. Hay gente que ha perdido el trabajo, que vive de la economía informal y la está pasando realmente mal porque tiene cercenada esa posibilidad de ingreso. El mismo sector productivo del petróleo ha sufrido bajas de equipo que afectaron muchísimo el movimiento. Hay gente que no tiene ni para comer; los docentes tenemos una situación de endeudamiento permanente. Genera mucha angustia, aunque el contexto general hace que el tema de los estatales sea un tema más. Lo grave es que la situación de la provincia -en concreto lo que este proyecto político intenta llevar adelante- nos compete a todos, no solo a los trabajadores estatales.
Al integrar simultáneamente espacios de lucha docente y espacios de lucha feminista ¿percibís prejuicios o actitudes machistas en ciertos sectores de la actividad sindical?
Es un sector sobre el que pesa históricamente una condición de reproducción de la forma de ideología dominante, y también la misma estructura escolar hace que el modo verticalista en que está organizada presente esos rasgos. Hemos dado grandes pasos, y muchas compañeras y compañeros avanzan en cuestionar cosas, en repensar muchas prácticas y en proponerse prácticas distintas. Hay mucho por hacer, pero se han dado pasos firmes y hay mucho camino por recorrer.
Respecto a la detención que sufriste durante el año pasado junto a Daniel Murphy, ¿creés que marcó un antes y un después en la lucha docente?
No sé si un antes y un después. Lo que solemos decir nosotros, en ocasiones en que hemos vivido situaciones semejantes contra nuestra comunidad, es que nuestro pueblo tiene profundas reservas democráticas. Está claro que este ajuste provincial solo pasa a costa de los salarios y de la salud de los trabajadores públicos. Cuando uno no está dispuesto a soportar estos recortes ni tolerar injusticias lo que le queda al poder de turno es meter palos. En eso Massoni ha sido un ejemplo. La gente ante estas circunstancias reacciona. Suele suceder que son situaciones extremas.
¿Cómo son estas reacciones públicas?
Aunque suceda en momentos culminantes, hay una reacción muy positiva del conjunto de la comunidad que es poner un freno y decir «basta». No quiere decir que estos hechos no vuelvan a suceder, pero esa reacción es muy buena. Así pasó esa vez, que hubo puebladas en toda la provincia, hubo cortes de ruta. También ocurrió cuando nos desalojó de las rutas 3 y 26 la patota parapolicial y parasindicial. Aunque hayan quedado impunes, la reacción de la gente fue esa maravillosa marcha que vivimos y que de algún modo dijo «hasta acá se puede, hasta acá no se puede». Estos hechos vuelven a repetirse, es necesario no confiar y no pensar que nunca más va a pasar. Tiene que ver con el proceso de lucha y de reacomodación de fuerzas.
En relación a estos incidentes, ¿se concretó alguna acción judicial contra los responsables?
No se avanzó en nada de eso, pero, ¿qué puede sorprendernos? Si venimos de una provincia que tiene pendiente todavía definir qué va a pasar con la causa Embrujo, con la causa de los Ñoquis, con todos los funcionarios de este gobierno que están implicados. Tiene que ver con lo que rige el destino público de la provincia, pero hubo una reacción en positivo que es importante valorar.
Fuiste miembro de la comisión organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew (2018), ¿hubo definiciones sobre lo que va a suceder este año con el Encuentro?
Ha habido comunicaciones públicas para dar tranquilidad hacia quienes lograron constituirse como Comisión Organizadora y se está trabajando para avanzar. El Encuentro está suspendido, no tiene fecha y se verá cuando será posible hacer una convocatoria nacional. Lo veo muy difícil. Aseguró Magalí Stoyanoff.
¿De qué manera viven esta pandemia las mujeres y aquellos sectores que militan espacios de lucha feminista?
Este momento de pandemia ha significado una necesidad de reorganizarnos en nuestra forma de trabajo. Algo bueno que nos pasó es que afloraron las redes que hemos venido construyendo en estos años. Son instancias que han servido para capacitaciones, conversatorios, charlas, una cantidad de actividades que a veces son incompatibles con la vida diaria. En Comodoro junto a otro grupo de compañeras comenzamos a darle forma a un grupo de voluntarias en el marco de la Campaña Nacional por la Declaración de la Emergencia de Violencia contra las Mujeres. El objetivo es formarnos como acompañantes para mujeres que están en estas situaciones en el marco de la pandemia. Se trata de un acompañamiento telefónico, aunque estamos a disposición para todo lo que podamos hacer y en la medida de lo posible nos ofrecemos también para realizar acompañamiento a hacer las denuncias, realizar el recorrido por las distintas instituciones y exigir al Estado que es el responsable. Nos llevó a la acción y nos obligó a ver y a reorganizar la lucha de la ciudad y la provincia. Se trata de ver con quién se puede hablar, a quién se recurre, cómo se atienden las violencias, cómo hay que abordarlas.
Pensando en una decisión formal para el regreso a clases pero sin avances en el pago de salarios, ¿hay consenso en las regionales de ATECH para definir un plan de lucha?
No hablamos respecto a un plan de lucha, pero sí hay consenso en cuanto a que el primer protocolo para la vuelta a clases tiene que incluir en primer término el pago en tiempo y forma de los salarios de todo lo adeudado. Además, se deben garantizar todas las obras que hoy no están. En Comodoro hay apenas cuatro instituciones en las que las obras requeridas han sido terminadas. La mayoría de las obras están todavía en estado de licitación. Ni siquiera se sabe cuándo va a suceder. Las acciones las iremos construyendo en la medida que se pueda avanzar y tengamos más certeza de qué es lo que es posible poder hacer o no. Manifestó Magalí Stoyanoff.
¿Qué cuestiones particulares se han modificado a lo largo de esta cuarentena?
Creo que en todo este tiempo falto la posibilidad de pensar en lo colectivo, que ha sido cercenada. Costó mucho adaptarnos a esta situación de la restricción de acercamiento y reunión. Eso afecta muchísimo todo lo que uno puede articular. Por eso pensar lo de voluntarias nos sirvió para pensarnos accionando, para intentar ser útiles. Lo colectivo y la necesidad de pensar junto a otras y otros es lo que se ha visto más afectado en este tiempo. Tenemos que aprender a adaptarnos y ver cómo continuar en estas circunstancias, y eso se traslada a todos los aspectos de la lucha. No es imposible luchar en estas condiciones, pero es difícil y requiere de otras artes y otros tiempos.