El FC Barcelona entró hoy en un terreno convulso que anticipa cambios ineludibles en su proyecto deportivo a corto o mediano plazo después de que su máxima estrella, el astro argentino Leo Messi, haya supuestamente paralizado las negociaciones para renovar su contrato, que vence a mediados del próximo año.
¿Messi se plantea seriamente dejar el Barcelona o sólo quiere forzar un cambio? Ambas son las hipótesis que abona a estas horas la prensa española, aunque la última opción parece ser más factible, ya que el futbolista argentino dejó claro en demasiadas ocasiones, incluso recientemente, que no se iría del club catalán, en el que debutó hace 16 años y con el que entró en el Olimpo del fútbol.
«Messi se enfada y el Barça tiembla», tituló el diario deportivo Marca, referente en Madrid, mientras otros medios españoles, como El Mundo o Deportes Cuatro, ahondaron en la idea de que el argentino puso contra las cuerdas la presidente del club, Josep María Bartomeu, quien intenta aferrarse a su mandato que finaliza el próximo año pese al cúmulo de críticas internas y fricciones con el plantel.
El futbolista decidió interrumpir las negociaciones en torno a la renovación de su contrato «harto de la situación que se viven en el Barcelona», según la radio Cadena Ser, porque su idea es terminar el vínculo con la entidad catalana el año próximo.
Las últimas actuaciones decepcionantes del equipo, que dirigido por Quique Setién está viendo cómo la Liga española se escapa en manos de su archirrival, el Real Madrid, habrían sido el detonante.
Mientras desde la entidad blaugrana dicen no tener constancia de esta decisión, el entorno de Messi mantiene silencio, lo que alimenta las especulaciones.
Sin embargo, las palabras del propio Messi, así como hechos concretos más recientes, entre ellos la crisis institucional en la que se hundió el club catalán en plena pandemia del coronavirus, dan algunas pistas para poner en contexto el gesto del capitán azulgrana y vislumbrar al menos el futuro más inmediato, que no parece muy lejos del Camp Nou.
Hay muchas señales de que Messi no está contento con la actual cúpula directiva del Barcelona, a la que, según recuerda la Cadena Ser, atribuye las permanentes filtraciones interesadas que lo hacen responsable de decisiones como la salida o entrada de un entrenador o de las contrataciones de jugadores.
A principios de este año, tras el desembarco de Setién, Messi protagonizó un cruce público con el ex futbolista Eric Abidal, quien desde la secretaría técnica del club sugirió una falta de compromiso en el trabajo de los jugadores bajo la dirección del anterior DT, Ernesto Valverde. El astro les pidió «autocrítica».
Luego estalló el «Barçagate», el escándalo que reveló que el directorio del Barcelona estaba pagando a una empresa para que ‘posteara’ mensajes para proteger a Bartomeu y criticar a figuras como el propio Messi, y el emblemático defensor Gerard Pique.
Y finalmente, último episodio que reflejó las fricciones con la directiva fue el comunicado que difundió Messi a través de Instagram en el que anunciaba que el equipo aceptaba un recorte salarial del 70 por ciento a raíz de la crisis del coronavirus, y acusaba al club por las informaciones aparecidas en la prensa catalana que apuntaban en sentido contrario.
Pero en el fondo de la crisis también está la parte de la planificación deportiva, tanto la decisión de destituir a Valverde como la llegada de Setién, tras los fallidos intentos de traer al ex mediocampistas y ahora DT Xavi Hernández, además del argentino Mauricio Pochettino.
Antes del regreso de la Liga, Messi envió otro mensaje, esta vez al DT, al decir que si seguían jugando como ante del parón por el coronavirus, difícilmente iban a ganar la Liga de Campeones.
A pesar de su malestar, Messi tenía la opción de marcharse gratis del club catalán avisando antes del 10 de junio por una cláusula de confidencialidad que figura en su contrato y no lo hizo.
Su presencia está asegurada hasta 2021, precisamente cuando finaliza el mandato del cuestionado Bartomeu, quien no podrá repetir en su cargo, pero aún no designó a su «delfín», mientras su principal rival, el empresario Victor Font, ya sumó a su proyecto a Xavi como DT.
En septiembre del año pasado, sabiendo que podía irse «libre», Messi explicó que no tenía intención de abandonar el club aunque también aclaró que seguiría siempre que formara parte de un proyecto competitivo y con ambición.
Ante una eventual salida de Messi del Barcelona, el Manchester City aparece como la mejor opción en términos deportivos, ante la posibilidad de un reencuentro con Pep Guardiola y compartir vestuario con el Kun Agüero.