Allá por el 2015, no hacía ni un día que había aterrizado cómo secretario de Seguridad en la gestión del, en ese entonces, gobernador Martín Buzzi, y Massoni ya había arrancado su cargo con mentiras.
Aseguró junto a la entrega de patrulleros nuevos de ese año, que en esos días iban a entrar en vigencia móviles policiales con cámaras especiales bidireccionales recién adquiridas, que se iban a encargar de filmar tanto el interior como el exterior de los móviles.
Esta medida, en palabras de Massoni tenía como fin “complementar el esfuerzo y el compromiso que el personal policial tiene todos los días para resguardar la seguridad de todos… y bla, bla, bla…”
Nunca se llevó a la práctica…
Sin embargo, las compras de esos elementos de vigilancia se habrían llevado a cabo, por lo tanto cabe preguntarnos:
¿Dónde están esas cámaras?
Esos dispositivos, comprados en grandes cantidades como aseguró el actual ministro de Seguridad que se había hecho, reunirían una fortuna de dinero, entonces:
¿Qué pasó con la plata?
Sin dudas, una de las habilidades más conocidas del ministro Massoni además de treparse de sogas y levantar pesas sería la de vender humo, puesto a que miramos atrás y nos topamos con que el actual ministro de Seguridad no hizo absolutamente NADA por la sociedad, aquel que piense lo contrario le deseamos mucha suerte al intentar enumerar los hechos en los comentarios de ésta nota.
Si tuviéramos que resumir toda su vida política se reduciría solo a “figurar” para fotos y videos en redes sociales, jamás hizo algo consistente para la provincia, ni siquiera para la ciudad de Trelew cuando se encontraba al frente de la Secretaría de Obras Públicas durante la intendencia de Máximo Pérez Catán.
Lo único que habría significado Massoni en la función pública durante todos estos años sería: despilfarro total de dinero del estado, abusos de autoridad, invasión de competencias y violencia policial.
Los resultados del trabajo de Massoni en toda su carrera política es eso tan abstracto que no se puede ver ni tocar, la nada misma…
Algo realmente para tener en cuenta, antes de poner el sobre en la urna, si nos llegáramos a topar en el futuro con su nombre en una boleta electoral.