La industria siderúrgica, por su parte, se enfrenta a grandes desafíos en un futuro. Este sector es uno de los que se vio más afectado tras la caída en la producción. En Latinoamérica, muchos países sufrieron una caída en la demanda de acero, haciendo que las compañías redujeran o frenaran su producción mientras que otras industrias se fueron lentamente adaptando a la nueva realidad.
En el caso de México, el PIB se contrajo un 2.4% en el primer cuarto comparado con el año pasado en el mismo periodo. Esto, en parte, se debió a la contracción del 3.8% en la reducción de las actividades de construcción y en las actividades industriales, además de la caída de la industria automotriz, con una caída de 8.5%.
En Brasil, la industria también sufrió una embestida económica y una baja del 9.1% en marzo, a pesar de un enfoque menos restrictivo en lo que respecta a la política sanitaria, al menos a nivel federal. La caída del 2.6% en el primer cuarto, comparado con los últimos tres meses previos, impactó más que la última caída del segundo cuarto de 2018.
Ahora bien, Argentina sufrió una contracción del 0.9% en marzo comparado con febrero en la industria del acero, pero cayó 6.4% comparado con el mismo mes del año anterior.
Por lo tanto, podríamos destacar que Argentina y México han sido los países más afectados. Con todo, la proyección de consumo aparente de acero tiene un decrecimiento del 13.8%, es decir, ocho millones de toneladas menos.
Debido a esta situación, las soluciones para el mercado argentino presentan varios desafíos. El gobierno busca estabilizar la economía para insertar de manera competitiva su materia prima en el exterior. Aun así, habrá que continuar en la búsqueda de incentivos a la exportación y consensos entre los diversos sectores. Las inversiones a largo plazo son piezas fundamentales para lograr crecimiento, puestos de trabajo, y producción de calidad.
Si observamos los números en comparación con el año 2017, muestran una clara caída del 7,8% interanual en producción de acero laminado en caliente. Sin embargo, la producción de mineral de hierro fue de 3,46 millones de toneladas en noviembre, un 12,8% más que en el mismo período del año pasado.
Este es un índice positivo, en un momento de ordenamiento y reestructuración económica. De este total, solo en noviembre se produjeron 341.500t de mineral. Este volumen superó el pasado en un 4,4% a nivel interanual y en un 2,1% si se tiene en cuenta mes a mes, confirma CAA.
Es importante destacar que la industria del acero está colaborando activamente con los sistemas de salud, y durante el año pasado ha brindado un fuerte apoyo para ayudar a diversas comunidades en Argentina. La colaboración es esencial para la cadena de valor, como el suministro de oxígeno, el transporte, la infraestructura, el almacenamiento de productos alimenticios, y más.
Con incentivo en la producción y la eventual estabilización de los mercados a nivel global, posiblemente se logre una demanda que incentive la inversión y el crecimiento sostenido en la región.
Fuente: El Chubut