Guillermo Volpe, un guardavidas de 22 años que murió durante un salvataje en Mar del Plata en el verano de 1978 y es el único rescatista del país fallecido en el mar en cumplimiento del deber, fue homenajeado por sus amigos y colegas, que arrojaron sus cenizas al mar frente a Playa Grande.
En el marco del homenaje, el intendente del partido de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, encabezó además un acto para recordar al joven fallecido, y luego una calle ubicada frente a los balnearios de esa zona de la ciudad fue rebautizada como «Paseo Guillermo Volpe».
El homenaje, organizado por el Sindicato de Guardavidas y Afines, contó con el apoyo de la Unión de Guardavidas Agremiados y fue el acto central por el Día del Guardavidas, que se conmemora en recuerdo de Volpe cada año.
El joven falleció el 4 de febrero de 1978, tras sufrir un infarto mientras intervenía en un rescate en el sector 4 de Playa Grande, junto a seis colegas. Su cuerpo fue hallado en el mar tres días más tarde.
«Era su segundo día de trabajo. El mar estaba inflado y gordo, y yo lo vi entrar al agua a toda velocidad para rescatar a un chico. Solo volví a verlo, tres días después, con su silbato puesto aún, cuando lo encontraron unos pescadores flotando sin vida», recordó Daniel Lugea, colega y amigo suyo, que fue además quien lo invitó entonces a sumarse al equipo de guardavidas de Playa Grande.
A 43 años del fallecimiento de Volpe, Lugea fue el encargado de trasladar mar adentro las cenizas, y cumplió así con un pedido que le hizo la familia de él dos años atrás.
La ceremonia fue acompañada por un grupo de guardavidas que avanzó detrás de la rompiente con tablas de surf y botes semirrígidos, hasta llegar al lugar elegido.
Minutos más tarde, se rebautizó como paseo «Guardavidas Guillermo Volpe» a la calle que va desde la avenida Patricio Peralta Ramos y Rodríguez Peña hasta el acceso a la Escollera Norte.
Ese paseo llevaba hasta este domingo el nombre de Celso Nicanor Gregorito Aldao, exmédico de la Marina de Guerra que fue designado comisionado municipal luego del golpe de Estado de 1955, y el cambio de nombre se concretó a partir de un proyecto de la concejal marplatense Virginia Sívori.
«Es un cierre justo para esta historia, y para que la gente sepa quién fue Guillermo y conozca también todo lo que se logró en la protección del guardavidas como trabajador desde entonces», señaló Lugea, quien explicó además que propondrán que el silbato y la malla utilizada por Volpe durante su último rescate sean entregadas al Archivo Museo Histórico Municipal Roberto Barili.
Fuente: Télam.