Los colaboradores de Alberto Fernández le habían sugerid que no viajara a Chubut por el clima social adverso que generó la gestión de Mariano Arcioni, que lo terminó poniendo en riesgo este sábado cuando un grupo de manifestantes atacó la comitiva presidencial a piedrazos.
Un funcionario político que conoce la región le dijo al presidente antes del viaje que no era conveniente ir a Chubut por el desmanejo del gobernador.
El consejo era no pisar una escuela, justamente, en una provincia que tuvo sólo 100 días de clases en tres años porque Arcioni no paga los sueldos y depende de las ayudas que le manda la Nación, tanto para hacer frente a la masa salarial docente, como para pagarle a los médicos, la policía y los jubilados.
Pero Alberto quería “poner la cara” por los incendios que afectan a Chubut y subestimó la situación que padece Arcioni. En el Gobierno admitieron a LPO que más allá de la decisión del presidente, falló toda la cadena que debe proteger su integridad.
‘Le dijimos a Arcioni que no viniera, que queríamos estar directo con la gente y los intendentes e igual se vino y se armó el quilombo’, dijeron cerca del presidente.
Tanto la AFI, como la Casa Militar y las fuerzas de seguridad que dependen del ministerio de Seguridad no fueron capaces de anticiparse al episodio que pudo costar caro. Ni siquiera se copió la tradición de otros presidentes del mismo partido que supieron enviar a la “avanzada de presidencia” un par de días antes al lugar que luego visitaría el Jefe de Estado, para cerciorarse de que no habría ningún riesgo para el presidente. Si lo había, se cancelaba la visita.
No había que hacer mucha investigación: hace tan sólo 4 meses los manifestantes “antiminería” que este sábado apedrearon la combi de Alberto incendiaron el despacho de Arcioni durante una protesta. A Arcioni no le importó y el mes pasado convocó a extraordinarias para tratar la zonificación minera, que en Chubut tiene una resistencia feroz.
En el Gobierno admiten que el problema fue que no pudieron evitar que Arcioni se enterara del cambio de los planes originales que tenía Alberto en Chubut. La escuela a la que fue el presidente estaba custodiada, pero luego se improvisó una reunión con intendentes en otro lugar, un cambio difícil de disimular en un pueblo pequeño como Lago Puelo.
“Le dijimos a Arcioni que no viniera, que queríamos estar directo con la gente y los intendentes e igual se vino y se armó el quilombo”, dijeron a LPO cerca del presidente.
Los cantitos de los manifestantes estaban dirigidos a Arcioni, pero los proyectiles y piedrazos no son tan fáciles de direccionar. Por eso ahora en la Rosada apuntan incluso públicamente contra el gobernador.
“Lo importante siguen siendo los incendios. Y un Presidente que no se esconde cuando de hacerse cargo se trata. Ni una minoría violenta ni el desmanejo político y organizativo en una provincia podrán evitar que sigamos más firmes que nunca para poner a la Argentina de pie”, tuiteó Abelardo Vitale, subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil en la Jefatura de Gabinete.
“Un conflicto de dos meses es problema del gobernador, ya más es un tema nacional”, admitieron a LPO en la Rosada y aclararon que sería demasiado intervenir la provincia. “Pero algo en algún momento vamos a tener que hacer”, advirtieron.